Cali, julio 17 de 2025. Actualizado: miércoles, julio 16, 2025 23:34

carlos hernan rodriguez columnista

¡Cali bajo el agua! Un llamado urgente a la planificación y la acción

Carlos Hernán Rodríguez Naranjo

Con profunda preocupación —que sé comparten muchos caleños— he sido testigo, una vez más, de cómo las lluvias torrenciales han puesto en jaque a nuestra ciudad.

Lo que enfrentamos no es un evento aislado, sino la manifestación dolorosa de una deuda histórica: con nuestra infraestructura y, sobre todo, con una visión de ciudad sostenible y de largo plazo.

Las imágenes son elocuentes y desgarradoras: calles convertidas en ríos, vehículos arrastrados, viviendas inundadas, familias perdiendo lo construido durante años. Según datos recientes del Dagma, las precipitaciones en las últimas semanas han superado en un 30% los promedios históricos para esta época del año.

En sectores del oriente y el sur, se han registrado más de 100 milímetros de lluvia en pocas horas. No hablamos de lloviznas esporádicas, sino de aguaceros intensos que pondrían a prueba incluso a las ciudades mejor preparadas.

Pero Cali no lo está. Nuestra red de drenaje fue diseñada hace décadas para una ciudad mucho más pequeña y menos urbanizada.

Hoy, está completamente rebasada por el crecimiento desordenado, la falta de planificación, la escasa inversión y, no menos relevante, por los efectos del cambio climático.

Incluso los propios informes de Emcali reconocen que una parte considerable del sistema de alcantarillado tiene más de medio siglo de antigüedad, y que su capacidad hidráulica es insuficiente frente al volumen de aguas lluvias que se presenta actualmente.

La ciudad está en mora de modernizar colectores, ampliar redes, construir nuevas estaciones de bombeo y actualizar su infraestructura de gestión de aguas pluviales.

La resiliencia de los caleños es admirable, pero no puede seguir siendo la única respuesta ante cada aguacero. Las lluvias son un fenómeno natural, sí, pero sus efectos devastadores en nuestras comunidades tienen un componente profundamente social: son resultado de decisiones —o de la falta de ellas—. Por eso, lo que enfrentamos no es solo una emergencia climática, sino una crisis de planificación urbana.

Cali, como muchas ciudades intermedias del país, necesita con urgencia una agenda seria y coordinada para enfrentar el cambio climático, reducir vulnerabilidades y fortalecer su capacidad de respuesta.

Es indispensable una nueva visión de ciudad, que contemple inversiones sostenidas, mayor coordinación interinstitucional, educación ciudadana y la tecnificación de sistemas de monitoreo y alertas tempranas.

El futuro de nuestra gente y la seguridad de nuestro territorio dependen de la capacidad que tengamos para planificar bien y actuar a tiempo.

Es hora de dejar de improvisar y de empezar a construir, entre todos, la ciudad que realmente merecemos.

Con la fe intacta en Cali.

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lunes 26 de mayo, 2025
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