Centenario de La Vorágine

“La Vorágine”, de José Eustasio Rivera, el 25 de noviembre cumplirá un centenario.

Cuando leí “María”, de Jorge Isaacs, me encantó el romanticismo de Efraím y María en la hacienda El Paraíso.

Creí que la literatura sólo narraba historias de amor.

Con “Cien Años de soledad”, de Gabriel García Márquez, perdí mi inocencia leyendo los capítulos sobre las guerras y la masacre de 1928 contra los trabajadores de las bananeras.

Décadas después, ejerciendo como docente, alguna vez que explicaba “La Vorágine” percibí el estupor de mis alumnos por los hechos esclavistas, violación de mujeres, apaleamientos, mutilaciones y genocidios, que a principios del siglo XX la Casa Arana cometía contra los trabajadores caucheros en la Amazonía.

Los estudiantes saturados de noticias sobre despojos, reclutamientos, tomas y masacres, sin embargo, jamás imaginaron que dantescos hechos antes se habían cometido contra caucheros, como tratándose de una novela de terror.

No asimilaban que se repitieran hechos escalofriantes como los narrados en “Breve Relación de La Destrucción de las Indias”, crónica de Fray Bartolomé de Las Casas, sobre la Conquista.

Julio Cesar Arana, además de criminal de lesa humanidad y saqueador de recursos naturales, fue iniciador de la deforestación y uno de los responsables de la sequía del río Amazonas.

José Eustasio Rivera escuchó testimonios de familiares de víctimas y de los pocos sobrevivientes, como parte de una comisión investigadora en la zona.

Valorable la memoria histórica del poeta huilense, legado a través de “La Vorágine”.

En este centenario los profesores ya no serán tildados de “adoctrinadores”, ni sancionados por analizar su contexto histórico.

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