Chicos buenos vs. Chicos malos

Rodrigo F. Chois

La viralización de una noticia que ocurrió hace unos años motiva esta nota. La confidencia: una mujer decide separarse de su esposo porque, según sus palabras, “él era demasiado perfecto… Y con él no era feliz”.

La confesión pudo haber pasado desapercibida de no ser porque se trataba de la esposa del futbolista brasileño Kaká, quien además de cristiano, joven, famoso y millonario, es apreciado como guapo por muchas féminas.

Este hecho me recordó a Sigmund Freud, quien afirmó: “La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina es: ¿Qué quiere una mujer?”
Siendo un poco atrevido y con base en mis más de diez años de experiencia administrando el club LadiesNight, que atiende exclusivamente personal femenino, doy mi opinión personal sobre tan profunda cuestión, no sin antes subrayar lo complejas que son las relaciones humanas.

“Jugar con el destino es una carta con la que juegan los chicos malos”, me dijo una clienta en una ocasión. Y después de tomar un segundo sorbo del cóctel margarita que sostenía en su mano, concluyó: “Justamente en eso reside el encanto que nos despiertan… ¡En lo impredecible!” No cabe duda de que lo que ellas menos desean es una vida de insoportable y aburrida rutina.

Características masculinas como una pasión desenfrenada, rebeldía, un espíritu travieso, una personalidad intrigante y seductora, y actitudes desafiantes hacia las normas establecidas pueden llegar a ser muy atractivas para ellas y, en última instancia, ser lo que en el fondo de sus corazoncitos anhelan para un compañero de vida.