Cali, julio 16 de 2024. Actualizado: martes, julio 16, 2024 00:06

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Día Internacional del Café

Luis Ángel Muñoz Zúñiga

Ustedes dirán que publico tardíamente esta columna en homenaje al café. No creo. Aunque señalen que el 27 de junio es su día internacional, para los colombianos todo el año es Día del Café.

Es la única adicción no vergonzante que nos compromete en mayoría y que jamás pasará de moda. Confieso que soy adicto al café, porque además de gustarme y estimularme, dicen que es el néctar de los pensadores. No digamos: “a la hora del té”.

Suena mejor: “a la hora del café”. El café se arraigó tanto en nuestra cultura que algunos lo consideran de origen precolombino, olvidando que la materia prima para la infusión se la debemos al adicto jesuita Francisco Romero, quien trajo la semilla a Norte de Santander y, como penitencia, les mandaba a los pecadores arrepentidos a sembrarlo, como quien dice, abonad, multiplicad y os perdonaré.

Entonces en pocos años la planta bendita invadió los paisajes colombianos, garantizando la materia prima para satisfacer la única adicción, que sus consumidores siempre le pediremos al Creador, nos deje caer en la tentación.

En el siglo XIX fue base de la economía. En Colombia muchas ciudades se disputan el título de cafeteras.

En Cali, otrora reconocíamos el Café Los Turcos, allí tertuliaban intelectuales, abogados y políticos, derechistas o izquierdistas. Ahora abundan muchos: Café Macondo, Café Libro y, otros, de cuyos nombres no quiero olvidarme.

Esos lugares sí le hacen honor al néctar de los pensadores, ofrecen a los caféfilos, anaqueles con libros, para que lean mientras beben un tinto, un capuchino, un frappe u otra tentadora presentación. No olviden, se dice: ¡A la hora del café!

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sábado 29 de junio, 2024
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