Documento de Aparecida

El cambio climático no sólo preocupa a especialistas y jefes de Estado.

Durante la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, reunida en Aparecida Brasil, en mayo de 2007, la Iglesia puso su dedo en la llaga.

El interés ciudadano en la COP 16, hubiera sonado con más eco mundial si los curas en las homilías hubiesen explicado el documento mediante el cual los obispos audazmente reorientaron la misión de la Iglesia, en pro de la solución de la problemática latinoamericana.

Fueron conscientes que de seguir escépticos, la Iglesia no resistiría a los embates del tiempo y entonces la fe se iría desgastando y degenerando en mezquindad terrenal.

El Documento de Aparecida, entre otros temas, habla sobre biodiversidad y la Amazonía:

“América Latina es el continente que posee una de las mayores biodiversidades del planeta. En las decisiones sobre las riquezas y el acervo de conocimientos de sus pueblos y culturas, las poblaciones tradicionales han sido prácticamente excluidas. La naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue depredada. Las aguas están siendo tratadas como si fueran una mercancía negociable por las empresas, además de haber sido transformadas en un bien disputado por las grandes potencias. Un ejemplo muy importante en esta situación es la Amazonía”.

La Iglesia, más que salvar almas, tiene compromisos terrenales.

Gustavo Gutiérrez, sacerdote peruano recién fallecido, gestor de la Teología de La Liberación, dijo que no había incompatibilidad entre su misión espiritual y el compromiso político.

Puede denunciar injusticias y advertir sobre el peligro de extinción del planeta.

Quedar en paz con Dios y con la Madre Tierra.

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