El valor de dar desde el amor

Ana Janeth Ibarra

Dar y recibir son dos importantísimas capacidades presentes en la existencia de cada ser humano.

Todos tenemos bastante claro el valor que tiene dar a los demás.

Estamos constantemente escuchando en diferentes lugares y circunstancias, lo importante que es dar al otro.

No obstante, la capacidad de dar debe llevar implícito la capacidad de recibir, lo cual es necesario para crear relaciones sanas y equilibradas.

En mi infancia me formè una idea clara sobre la importancia de dar y recibir.

Existen muchas personas o colectivos que les encanta demasiado dar, que han considerado su misión en la tierra como un acto perenne al servicio de los otros, que van por el mundo solucionando problemas.

Asimismo, hay otro tipo de seres humanos o comunidades que se acostumbran solo a recibir y están siempre creando problemas para que los ayuden en la solución.

Indubitablemente, al observar los comportamientos de unos y otros desde las experiencias del día a día, me hicieron comprender que no a todos les gusta encontrarse a perpetuidad en la actitud de dar o recibir, porque existen actitudes libres o impuestas que los obligan a llevar un registro.

Es allí cuando descubrimos en verdad, si su actitud procede del corazón o del interés del momento.

En el mundo, el presente parece estar direccionado por el espíritu de las donaciones, el cual se hace visible de muchas maneras, entre las que sobresalen el tiempo y el dinero; pero, en nuestros territorios, las cifras son desalentadoras.

Porque el número de las personas que piden es mayor al de las personas que dan.

Necesitamos, de un compromiso real y positivo, para así intentar alcanzar el equilibrio social que tanto se anhela.

Porque siempre será posible ganar siendo muy generoso con quienes necesitan.

Es importante dejar de lado la idea nefasta que no se puede ganar ayudando a los otros a ganar también.

Volviendo a mis reflexiones juveniles, recuerdo muy bien el concepto que quien da y lo hace desde el amor, será siempre recompensado. Asimismo, quien recibe con alegría y entusiasmo, siempre obtendrá un beneficio adicional.

Es válido reconocer hoy que los seres humanos que poseen la capacidad de dar pertenecen a una raza excepcional, porque ellos, están capacitados para equilibrar la balanza social y siempre preferirán dar antes que recibir.

Hoy, el mundo tiene una gran necesidad de personas dispuestas a dar, pero desde el corazón.

Porque ha sido demostrado que sin ellas, no podemos superar las crisis.

Nuestro crecimiento personal y nuestra supervivencia en el planeta depende de la voluntad y capacidad de darnos los unos y los otros sin prejuicios, ideologías o sectarismos.

En este sentido, urge comprender que las personas que dan desde el amor dominan el peldaño más alto de la escalera del éxito, no olvidemos que nos reconciliamos como humanos cuando extendemos la mano para ayudar a quien verdaderamente lo necesita.