Cali, octubre 31 de 2024. Actualizado: jueves, octubre 31, 2024 00:37

Rodrigo F. Chois

Ernesto Fernández Riva Q.E.P.D.

Rodrigo F. Chois

Hermano mellizo de mi padre, a quien sobrevivió quince años. A principios de los noventa, asumí con él el reto de recuperar una empresa familiar que se encontraba al borde de la quiebra. Fueron veinte años de arduo trabajo, en los que juntos logramos revivir una empresa que se convertiría en el faro de las letras y del arte en la región. Después, al igual que ocurre con la llegada de malos gobiernos que destruyen países, la empresa sucumbió.

Ernesto fue un “bon vivant” en toda regla. Un personaje cuyo singular estilo de vestir lo hacía parecer sacado de un cuento surrealista. Su pasión por los libros, especialmente los de ciencia ficción, lo convirtió en un contertulio inigualable. En su juventud, fue el último de los linotipistas y se jactaba de que nadie lo superaba en destreza al teclear. Aquella tinta que seguramente corrió por sus venas lo llevó a razonar la melodía del idioma de Cervantes de una forma tan natural que siempre lo reconocí como el mejor corrector de estilo. ¡Y no fui el único!

Aunque estudió derecho, su verdadera pasión, además del correcto uso del lenguaje, fue el arte. Muchos artistas plásticos recibieron su desinteresado apoyo, lo que le valió una gratitud plasmada en una vastísima pinacoteca y en su reconocimiento como una autoridad en el campo.

Amante de la cocina, superó con sus preparaciones a las de su madre peruana, demostrando que la gastronomía del Perú es la mejor del mundo.

Este vehemente ajedrecista y amante sinigual de los perros se despidió de este mundo mientras el mar de Balboa arrullaba sus sueños. Q.E.P.D., tío Ernesto.

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miércoles 28 de agosto, 2024
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