Historia de las marchas

No hay que temerle a las marchas sociales. Colombia ha sido un país de marchas y de celebraciones cívicas: religiosas en la Semana Mayor, culturales en los carnavales, deportivas en las maratones, militares en los desfiles patrios, de reclamo de justicia contra los feminicidios, y hasta por los derechos animalistas cuando desfilamos con nuestras mascotas. Las marchas sociales son el mejor indicador de la popularidad de un gobierno, más que las encuestas mediáticas contratadas. En la historia política de Colombia, Alfonso López Pumarejo y Jorge Eliecer Gaitán, figuran como los dos líderes con más capacidad de convocatoria. Alfonso López Pumarejo gobernó y se dispuso a hacer las reformas sociales más trascendentales en la tercera década del siglo XX, apoyado por marchas obreras, campesinas y estudiantiles. Su mandato figuró como el “Gobierno de La Revolución en Marcha”. El presidente Alfonso López Pumarejo sacó adelante una reforma laboral que garantizó el trabajo y reguló los salarios justos. Los otrora sectores de agricultores, industriales y de comerciantes, aunque iniciaban su proceso de capitalización, fueron aliados imprescindibles en la aprobación de las reformas sociales. Entendieron que el mejoramiento de la fuerza laboral aceleraría la producción y la economía colombiana, porque cuando los salarios tienen un justo poder adquisitivo, los trabajadores también son buenos consumidores de bienes, factor fundamental para el desarrollo capitalista. Jorge Eliecer Gaitán, hizo la “Gran Marcha del Silencio”, porque siempre condujo su candidatura valiéndose de los mecanismos de participación pacífica garantizados en la Constitución Política. Las marchas son expresión simultánea de los derechos a desplazarse por el territorio y de opinión libre.

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