Cali, julio 22 de 2025. Actualizado: lunes, julio 21, 2025 23:10
Hora de despegar: Cali necesita trasladar la Base Aérea Marco Fidel Suárez
En medio del proceso de revisión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que llegará al Concejo a finales del 2026, ha llegado el momento de reabrir un debate aplazado, pero crucial para el futuro urbano de la ciudad: la permanencia de la Base Aérea Marco Fidel Suárez dentro del perímetro urbano.
La ciudad ha cambiado, sus necesidades también, y mantener esta infraestructura militar en pleno nororiente no solo representa un uso ineficiente del suelo, sino una barrera para consolidar un modelo de ciudad más compacta, integrada y sostenible.
Actualmente, la base ocupa más de 158 hectáreas estratégicas, eso viene siendo como 53 estadios Pascual Guerrero juntos, en una zona completamente consolidada, rodeada por barrios populares que requieren inversión pública, conectividad, espacio público y oportunidades.
La discusión no es nueva. Desde hace más de 30 años, el exgobernador Gustavo Álvarez Gardeazábal ha planteado la posibilidad de trasladar la base al aeropuerto Farfán de Tuluá, infraestructura utilizada por la misma Fuerza Aérea Colombiana para entrenamiento.
A pesar de ello, la base aérea ha echado raíces, mediante una acción popular interpuesta por el Ministerio de Defensa, en contra del Distrito de Cali, y logró que la justicia imponga una restricción al desarrollo en altura en un radio de 4 kilómetros alrededor de la pista, lo que quiere decir que, no se puede construir edificios que superen los 12 metros de altura, o sea dos pisos, afectando más del 60% del desarrollo urbano en esta zona.
¿Cómo se supone que avancemos hacia una ciudad compacta y resiliente si gran parte de nuestro territorio está bajo un “techo invisible” que impide crecer?
Vale la pena recordar que el POT adoptado en 2014 –hoy anulado, pero vigente transitoriamente hasta octubre de 2026– contempló la transformación de este suelo en un gran parque metropolitano, un proyecto que no se ejecutó, pero que vuelve a cobrar relevancia en la actual revisión del instrumento.
Esta es una oportunidad para que Cali corrija un rezago histórico y recupere ese terreno para la ciudad.
Una manera de abordar esta situación es 1) evaluando la viabilidad técnica, jurídica y financiera del traslado de la base aérea.
2) incorporando una propuesta clara de transformación urbana de ese suelo en la revisión del POT.
3) garantizando una transición ordenada, respetando los derechos de la Nación y generando beneficios concretos para la ciudadanía.
Y 4) pensarse ese espacio como una gran centralidad urbana: con vivienda, parques, equipamientos educativos, culturales y de salud, y una red vial que conecte el oriente con el resto de Cali.
Este no es un llamado improvisado. Es una propuesta estructural para que Cali avance y, si al final, no fuera posible su reubicación, debe buscarse la manera en que la Nación compense la ciudad económicamente por todos los metros cuadrados no puede desarrollarse por culpa de la base aérea, esta situación no solo representa una limitación de altura, sino también una profunda desigualdad territorial, pues impide que miles de predios puedan desarrollarse a su máximo potencial edificatorio.
Tenemos hasta octubre de 2026 para adoptar un nuevo POT, y este debe ser uno de los temas prioritarios.
El desarrollo urbano de Cali no puede seguir condicionado por decisiones tomadas desde Bogotá. Es hora de construir una ciudad con visión de futuro.