La justicia y la paz

La justicia es un valor que inclina a obrar y juzgar teniendo por guía la verdad y dando a cada uno lo que le pertenece.

Para que haya justicia es necesaria la imparcialidad absoluta y el respeto a la igualdad y los derechos de todos.

La justicia ha sido desde siempre tema de análisis y discusión de los filósofos y objeto de estudio por su relación con la ética y la moral.

La justicia como valor democrático es el nivel que se desea alcanzar y está vinculado estrictamente al valor del bien general, sirve para lograr el equilibrio entre las distintas partes, para asegurar que más allá de las diferencias, tengamos los mismos derechos y obligaciones y para que se tome en cuenta el interés general, no sólo el de las partes.

La Justicia obliga a que la ley sea igual para todos y se aplique a todos sin privilegios de ningún tipo.

Todos estos principios básicos sobre la justicia se relacionan con otros derechos fundamentales, entre otros el de la paz.

La paz no puede ser a cualquier precio, el valor de justicia tiene que ser respetado pues está de por medio el otro; no puede un gobernante definir lo justo e injusto según sus intereses y sus criterios, llevándose por delante los principios y los derechos del otro ser.

Los grandes filósofos han discutido ampliamente el concepto y han llegado a diferentes definiciones, por ejemplo, la justicia aristotélica comienza por advertir, que la noción de justicia se utiliza con diversos significados y establece los distintos usos del adjetivo injusto, señalando que llamamos injusto tanto al transgresor de la ley como al codicioso, esto es, aquél que atenta contra la igualdad, al exigir más de los bienes y menos de los males que le corresponden.

En un primer sentido, justicia es lo legal y, en un segundo sentido, es el respeto a la igualdad o, aquello que impide la generación de desigualdades no justificadas.

Ambos tipos de justicia implican dos aspectos: Un aspecto objetivo, que remite a procedimientos e instituciones, y un aspecto subjetivo, el cual se refiere a un modo de ser caracterizado por un comportamiento consciente de respeto a las normas inherentes a los procedimientos e instituciones.

La justicia es la virtud social por excelencia, mientras la justicia universal trata del conjunto de las relaciones sociales, es decir, del bien común; la justicia particular se enfoca en las relaciones de intercambio entre individuos dentro de la comunidad.

Esto hace que la justicia sea fundamental en las relaciones de la sociedad, de un país y su aplicación debe buscar el interés general, no puede omitirse así sea en busca de la paz.

El respeto a la vida y la libertad es para todos: ninguna vida vale más que otra. El aceptar la impunidad destruye el tejido social de una nación.

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