Cali, agosto 21 de 2025. Actualizado: miércoles, agosto 20, 2025 23:03
La seguridad: del discurso político a la urgencia regional
La seguridad ha dejado de ser un tema sectorial para convertirse en el eje transversal de las agendas políticas, empresariales y ciudadanas.
El deterioro de la seguridad en los territorios es evidente, se refleja no solo en la persistencia del conflicto armado, sino en la expansión y fortalecimiento de economías criminales que debilitan la autoridad del Estado y generan este deterioro acelerado de la seguridad.
Así lo ratifican las encuestan de opinión, de acuerdo con la más reciente encuesta Invamer, el 36% de los colombianos considera el orden público como la principal problemática que enfrenta el país, mientras que el 89% cree que la inseguridad está empeorando.
El Valle del Cauca no es ajeno a esta realidad. Pese a los ingentes esfuerzos de la Gobernación del Valle a través de su Secretaría de Seguridad y Convivencia, sigue siendo uno de los departamentos más golpeados, las redes de narcotráfico han convertido al departamento en corredor estratégico de economías ilícitas y escenario de disputas territoriales.
Que requieren con urgencia la atención y el apoyo del Gobierno Nacional, como corresponde.
El panorama es claro: la seguridad dejó de ser un tema técnico o netamente de responsabilidad de la fuerza pública, para convertirse en la condición necesaria del desarrollo nacional.
Siete de cada diez municipios están bajo la presión de estructuras armadas. Se necesita una estrategia integral efectiva que combine fuerza legítima del Estado a través del control territorial real para hacer frente a estas amenazas, en contraste con la fallida “paz Total”, que ha sido tomada por las estructuras criminales como una estrategia de reorganización, fortalecimiento y expansión territorial, impactando directamente en la fragmentación del territorio.
Lo vivido recientemente en el X Congreso Empresarial Colombiano en Cartagena confirma que la seguridad fue el denominador común en los discursos de dirigentes políticos, empresarios y líderes de opinión, que coincidieron en que sin seguridad no hay democracia, ni desarrollo económico, mucho menos confianza ciudadana.
La seguridad también se consolidó como bandera de los precandidatos presidenciales desde diferentes visiones, pero, con un común denominador: la seguridad como prioridad inaplazable.
Sin embargo, el reto está en concretar estos discursos, con políticas públicas pertinentes, sostenibles y coherentes con la realidad que se vive en las regiones.
Urge defender la institucionalidad frente al populismo y la desinformación, no podemos sucumbir ante el ruido y la manipulación política, lo esencial es que exista una voluntad política que fortalezca las instituciones, priorizando la integridad del territorio y la protección a los ciudadanos, con menos concesiones a las estructuras criminales, hasta doblegar su voluntad de persistir en el delito, y así evitar que la seguridad siga siendo una promesa vacía.
El mensaje que dejó el Congreso Empresarial es claro: la seguridad es el cimiento sobre el cual se edifica la democracia y la economía.
Sin seguridad no habrá inversión, ni empleo, ni bienestar. En consonancia con lo anterior, el Valle del Cauca debe ser una prioridad como polo estratégico de desarrollo económico en Colombia.