Cali, mayo 14 de 2025. Actualizado: martes, mayo 13, 2025 22:53
Las Damas de la caridad
El 13 de mayo de 1955 Tuluá era un hervidero de angustias y necesidades. Cinco años de continua violencia.
Miles de desplazados arrumados en las ruinas del Hotel de Turismo que nunca construyeron, en la Cueva del Humo o a la orilla de la carrilera, congestionaban hasta el desespero a una ciudad sin fuentes de trabajo distintas a la agricultura y sin más remedio que volver temporal la estadía de los desterrados.
Mi madre, forjada en un catolicismo a ultranza, creía en la caridad cristiana y como tenía un marido que le apoyaba su generosidad, asumió primero sola, luego con un grupo de amigas, la labor de recoger entre los comerciantes alimentos que pudieran repartirse a los frágiles refugiados.
Me veo muy niño ayudándole a bajar de la camioneta de mi padre los diminutos canastos que recibían rostros agradecidos, pero atiborrados de ansiedad. Hoy, hace exactamente 70 años, ella resolvió fundar la Asociación Damas de la Caridad y desde allí ponerle método y administración a esos gestos caritativos.
Hice entonces el final de mi infancia y el comienzo de mi adolescencia viendo a mi madre y a sus amigas llenar cada martes los canastos de mercados, que después salían a repartir por los campamentos, los cambuches o las casas de inquilinato donde pobres y necesitados, ancianos y niños trataban de subsistir.
Lo siguió haciendo durante casi 50 años hasta cuando las brumas del Alzheimer la hicieron a un lado. Más titánica empero ha sido el trabajo de quienes asumieron la conducción, sostenimiento y conservación de Las Damas hasta hoy. Han sido otras circunstancias porque el concepto de caridad cristiana se traspapeló.
En silencio, como me enseñó mi madre, he seguido aportándoles a ellas mi granito de arena con el mismo afecto que visito cada semana su tumba en Los Olivos.
Hoy, al cumplirse 70 años de Las Damas de la Caridad de mi pueblo, rememoro aquellos días y repito el gesto maternal que le llenaba de lágrimas sus ojos ante los rostros agradecidos.