Cali, mayo 12 de 2025. Actualizado: domingo, mayo 11, 2025 22:49
¡Más Vale Sola Que Mal Acompañada… Y con Estilo!
Febrero, en muchos países es el mes del amor… y de los divorcios bien pensados.
Porque no nos digamos mentiras, mientras unos andan recibiendo flores y chocolates, otras están mirando a su esposo roncando en el sillón y preguntándose: “¿Y si mejor me divorcio?“.
A los 50+ ya no estamos para cuentos de hadas ni para aguantar lo inaguantable.
Entonces, ¿es válido divorciarse después de esta edad? ¡Por supuesto que sí! Lo que no es válido es pasarse el resto de la vida como estatua en un matrimonio donde la única chispa que queda es la del microondas.
Ahora, hablemos de esas frases con las que algunas tratan de convencerse de quedarse donde ya no quieren estar:
◉ “Es por mis hijos” – ¡Error! Los hijos crecen, hacen su vida y usted sigue en la misma sala viendo la misma novela con el mismo hombre que ya ni le pregunta cómo le fue en el día.
¿Quiere darles un buen ejemplo? Muéstreles que una mujer tiene derecho a ser feliz y que el amor no es resignación.
◉ “Pior es nada” – ¡Ay, no! ¡Qué miedo quedarse con alguien solo porque no hay otro a la vista! ¿Desde cuándo la soledad es peor que una relación donde se siente invisible? Estar sola no es sinónimo de estar vacía; vacía es una relación sin amor, sin respeto y sin alegría.
◉ “Es que ya me acostumbré” – Pues sí, nos acostumbramos a muchas cosas: al brasier incómodo, a la silla vieja que rechina… pero eso no significa que sea lo mejor para nosotras.
La costumbre nunca debe pesar más que el amor propio.
◉ “A esta edad ya pa’ qué” – ¿Cómo que pa’ qué? ¡Pa’ vivir, señora! No hay edad límite para volver a enamorarse, para volver a sentir mariposas (o al menos un par de luciérnagas revoloteando).
El amor después de los 50 no solo es válido, es necesario si así lo desea.
Y si no, también es válido disfrutar de la vida en completa libertad.
La gran pregunta es: ¿Hasta dónde se debe aguantar? Y la respuesta es sencilla: hasta donde no se le apague la risa, hasta donde su corazón no se sienta aplastado, hasta donde su dignidad siga intacta.
Si un matrimonio es más sufrimiento que felicidad, la verdadera pregunta no es si debe divorciarse, sino por qué sigue ahí.
Así que si este mes de febrero en lugar de rosas lo que quiere es firmar papeles de divorcio, hágalo con la cabeza en alto y con los labios bien pintados.
Porque más vale sola, tranquila y en paz… que mal acompañada y con úlcera.
¡Salud por las nuevas oportunidades!