Cali, febrero 22 de 2025. Actualizado: viernes, febrero 21, 2025 21:54
Negros abolicionistas e independentistas
Los lazos nos unen en esta oportunidad para revivir la historia y reconocer el legado de hombres y mujeres que incluso dieron la vida por defender su causa.
La participación de los negros en la guerra de Independencia fue decisiva, a pesar de su anonimato en la historiografía de Colombia. Combatieron por su libertad en ambos bandos, sin importar la exclusión y estigmatización por el color de su piel.
Cuando se habla de la independencia de Colombia, casi siempre se mencionan nombres como Atanasio Girardot, Francisco de Paula Santander y Camilo Torres, entre otros criollos. Sin embargo, la historia pocas veces destaca a los próceres y héroes de combate afrodescendientes, cuya contribución fue determinante en el triunfo independentista.
Coronel Leonardo Infante y coronel Juan José Rondón
Cuando Simón Bolívar consideró estar derrotado aquel 7 de agosto de 1819 en el cruce del río Teatinos, encomendó la victoria a un oficial negro con estas palabras: “Coronel Rondón, salve usted la patria”. A lo que vigorosamente respondió el oficial: “¡Es que Rondón no ha peleado todavía!”.
En ese momento, los coroneles negros Leonardo Infante y Juan José Rondón lideraron sus tropas y lograron derrotar a los realistas en el pantano de Vargas. Esta proeza, poco reconocida en la historia oficial, fue clave para la victoria en la batalla de Boyacá. Algunos historiadores han documentado la valentía de estos dos oficiales, quienes fueron determinantes en la consolidación de la independencia de Colombia.
María Antonia Ruiz y la batalla de San Juanito
Para consolidar la independencia de Colombia, nos trasladamos a Buga, Valle del Cauca, donde tuvo lugar la batalla de San Juanito, un episodio independentista poco conocido.
Este enfrentamiento se libró en la hacienda San Juanito el 28 de septiembre de 1819, bajo el mando de Joaquín Ricaurte y Torrijos. Entre los combatientes destacó María Antonia Ruiz, una mujer negra que, junto a otros próceres hoy invisibilizados en la historia, contribuyó a la victoria definitiva contra los españoles. Esta fue la última batalla que permitió la verdadera proclama de independencia de Colombia, en la que los negros tuvieron un papel fundamental.
Juan José Nieto Gil: el primer presidente negro de Colombia
Este afrodescendiente nació en Cibarco, municipio de Baranoa, Atlántico, en 1804. Llegó a ser general de la República y escribió la novela Ingermina o la hija de Calamar. Sin embargo, su mayor logro, muchas veces omitido en los libros de historia, fue haber sido presidente de la Confederación Granadina (hoy Colombia) en 1861, una década después de la abolición de la esclavitud.
A pesar de haber nacido en el monte, su inteligencia lo llevó a ocupar cargos de gran importancia. No obstante, ha sido invisibilizado en la historia oficial, relegándolo a un segundo plano, mientras otros personajes de su época, sin su mérito, han sido exaltados.
Reescribiendo la historia: de esclavistas a héroes nacionales
Durante los 349 años de genocidio esclavista en lo que hoy es Colombia, hubo muchos líderes negros que lucharon por la independencia y la abolición de la esclavitud, incluso a costa de sus propias vidas. Sin embargo, la historia ha favorecido a los verdugos.
Personajes como Sebastián de Belalcázar han sido glorificados con monumentos y títulos honoríficos, omitiendo sus crímenes. Se le recuerda como “el señor adelantado” y fundador de varias ciudades, pero se pasa por alto su papel en la matanza de Cajamarca (Tolima), el asesinato del cacique Jamundí y del cacique Petecuy, y la ejecución de su compatriota Jorge Robledo, entre miles de aborígenes y esclavizados.
Afortunadamente, en Timbiquí y Guapi, ya no se honra con colegios ni aeropuertos el nombre de Julio Arboleda, otro genocida caucano. Este esclavista es recordado por sus crueles prácticas, como poner 15 indígenas en fila y disparar con un fusil Martini-Henry para ver cuántos cuerpos atravesaba, de donde proviene la expresión “fila india”.
Resignificar la historia es una tarea pendiente. La población emergente debe conocer la verdad sobre quiénes fueron los llamados conquistadores y quiénes los esclavizados en Colombia. Exaltar a los verdaderos héroes, como los negros abolicionistas e independentistas, es un acto de justicia histórica.