Cali, febrero 12 de 2025. Actualizado: martes, febrero 11, 2025 23:25
Negros abolicionistas en América
Durante los 349 años de la Gran Maafa, que perpetuó a los europeos en lo que hoy es América, trajeron de África a más de 13 millones de negros en calidad de esclavizados.
En ese tiempo, hubo muchos hombres y mujeres sometidos a la servidumbre que se negaron tajantemente a ser parte de estas prácticas, optando por el cimarronaje y, sobre todo, por diseminar en cada una de las plantaciones y barracas la ferviente idea de la libertad.
Hoy, después de más de un siglo, recordaremos a un personaje que, aunque ha sido invisibilizado en la historia, logró superar sus límites a ultranza de su propia vida y dejó un legado imborrable en la lucha por la abolición de la esclavitud.
Frederick Douglass
Después de escapar de la esclavitud en Maryland, EE. UU., se convirtió en un líder nacional del movimiento abolicionista en Massachusetts y Nueva York.
Ganó prestigio por su oratoria y escritos críticos contra la esclavitud y otras injusticias sociales en el país.
En su época, los abolicionistas lo describieron como un ejemplo de claridad en los argumentos contra los propietarios de esclavizados, quienes afirmaban que los sirvientes carecían de capacidad intelectual para funcionar como ciudadanos estadounidenses independientes.
En 1845, Douglass publicó su autobiografía Narrative of the Life of Frederick Douglass, an American Slave (Narrativa de la vida de Frederick Douglass, un esclavizado americano), una obra reconocida por mostrar de manera realista la vida de un hombre sometido a la servidumbre en Norteamérica.
En aquella época, resultaba extraño que un negro supiera leer y, aún más, escribir, por lo que su autobiografía fue fundamental para darle voz a los esclavizados y denunciar la crueldad del sistema esclavista.
Frederick Augustus Washington Bailey, más tarde conocido como Frederick Douglass, nació en el condado de Talbot, Maryland, cerca de Hillsboro.
Desde niño fue separado de su madre, Harriet Bailey, quien murió cuando él tenía siete años.
La identidad de su padre es incierta, aunque Douglass sostenía que era un hombre blanco, posiblemente su amo, el capitán Aaron Anthony.
Sin embargo, en años posteriores afirmó que nunca supo con certeza quién fue su progenitor.
Cuando Anthony murió, Douglass fue entregado a la señora Lucretia, esposa del capitán Thomas Auld.
A los doce años, pasó al servicio del hermano de Thomas, Hugh Auld, en Baltimore.
Su esposa, Sophia, quebrantó la ley al enseñarle los rudimentos del alfabeto, pero cuando Hugh se enteró, impidió que continuara con las clases.
A partir de entonces, Douglass se esforzó por aprender a leer, pagando a niños blancos de su vecindario con porciones de pan a cambio de enseñanzas y observando todos los escritos que caían en sus manos.
En su primer discurso abolicionista, Douglass mencionó las lecciones de Sophia Auld como un acontecimiento clave en su vida, ya que, sin haber aprendido a leer, nunca habría tenido la esperanza de emanciparse.
La lectura de periódicos y libros de política le permitió estructurar su oposición a la esclavitud.
Especialmente influyente fue el libro Columbian Orator, una colección de discursos utilizados para la enseñanza de la retórica.
Este texto incluía un diálogo entre un maestro y su sirviente en el que se desmantelaban metódicamente los argumentos a favor de la esclavitud.
También contenía un discurso de Richard Brinsley Sheridan dedicado a la emancipación católica, lo que llevó a Douglass a una transformación ideológica y religiosa.
Lucha por la libertad
En 1833, Thomas Auld recuperó a Douglass tras una discusión con su hermano.
Insatisfecho con su comportamiento, lo alquiló a Edward Covey, un granjero conocido por su brutalidad como “rompedor de esclavos”.
Covey lo azotaba regularmente, hasta que, con 16 años y casi hundido psicológicamente, Douglass se enfrentó a él en un altercado que hizo que su amo dejara de castigarlo físicamente.
Más tarde, fue arrendado a William Freeland, quien le permitió cierto margen de libertad.
Allí, Douglass enseñó a leer el Nuevo Testamento a otros esclavizados, formando una escuela dominical a la que asistieron hasta 40 personas.
Sin embargo, otros propietarios de esclavizados se opusieron y desmantelaron la escuela por la fuerza.
En 1836, intentó escapar por primera vez, pero fue capturado y pasó una semana en la cárcel.
Posteriormente, fue enviado de regreso a Baltimore, donde trabajó como calafate y carpintero en los astilleros.
Muerte de Frederick Douglass
El 20 de febrero de 1895, Douglass asistió a una reunión del Consejo Nacional de las Mujeres en Washington, donde recibió una ovación por su incansable lucha por los derechos civiles.
Sin embargo, poco después de llegar a su casa, sufrió un ataque cardíaco o un derrame cerebral fulminante, lo que le provocó la muerte.
Frederick Douglass fue enterrado en el Mount Hope Cemetery de Rochester, dejando un legado invaluable en la lucha por la igualdad y la abolición de la esclavitud.