Cali, abril 7 de 2025. Actualizado: lunes, abril 7, 2025 10:49

Hugo E. Gamboa Cabrera

¡No me dejan gobernar…!

Hugo E. Gamboa Cabrera

Este es el eslogan de un presidente que considera, conscientemente, que no ha podido desarrollar un gobierno populista (decreciente) para todos y, inconscientemente, reconoce que en razón de su natural ideología no ha podido gobernar “eficazmente” debido a que el país cuenta con democracia y, por tanto, con otros poderes que precisamente existen para no permitirle que ejerza coerción e irrespeto a los derechos humanos y constitucionales, como sucede en países con gobiernos izquierdistas y como ha pretendido Gustavo Petro imponer ladinamente en nuestro país.
Olvidan muchos que Petro buscó, para lograr elegirse, gente del otro lado político como Juan Manuel Santos y César Gaviria, amén del centro como el partido verde y otros similares, además de algunos líderes regionales del partido conservador, con los que contó para ganar, agregándole los “pactos” realizados con personajes non sanctos para asumir el costo financiero de la campaña, logrando una victoria con once millones de los cuales miles se han arrepentido cuando percibieron que se venía una fractura de la Constitución, de las finanzas del Tesoro Público, corrupción galopante, masacres a granel y la desregularización de actividades sociales que evidentemente se padece actualmente en el país.
En los últimos dos años el presidente recorre lugares donde residen campesinos y gente que no ha tenido oportunidades de cobertura educativa ni social para que lo aplaudan sin entenderle ese discurso en el que todo se promete pero nada se cumple. Eso es lo que vemos en el Catatumbo por ejemplo, donde estuvo hace poco prometiendo hasta una universidad pero, ya algunos alcaldes valientes salen a protestarle por que fue, los ilusionó y ya se sienten desinflados, sin ver por ningún lado los recursos de esa “conmoción interior” con las que los hizo emocionar.
Lo último que dijo: “no vendrá la derecha a destruir lo que hemos hecho en este gobierno”, y todos nos miramos unos a otros, perplejos. Recordé ese embrión de la revolución francesa en la que esa “revolución se comía a sus propios hijos.” Que alguien me desmienta eso. Lo hemos visto y lo seguimos viendo en países vecinos que a mala hora cayeron en manos equivocadas.

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lunes 7 de abril, 2025
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