Punto final para la salud

La reforma a la salud presentada por el gobierno del presidente Petro ha tenido comienzo pero no parece tener un final.

Se ha discutido incansablemente por gremios, partidos políticos, asociaciones de usuarios de salud, pacientes y ciudadanía en general.

Lo que se concluye es que no ha habido consenso por cuanto la ministra del ramo insiste en que el manejo y administración de los recursos públicos debe ser del sector público para estructurar la financiación del sistema y garantizar la prestación de los servicios.

Tal parece que hay acuerdo en la prevención de la enfermedad a través de la atención primaria, la cobertura para las zonas apartadas y los grupos de atención extramurales y el mejoramiento integral del talento en salud.

En lo que creo no hay criterio unificado es en un sistema mixto de atención, la eliminación de los fondos, el sistema de información y que las tarifas tengan un “piso” y un “techo”.

Igualmente hay un gran debate sobre el papel de las llamadas EPS, en el sentido de establecer si continúan con un carácter transitorio o se convertirán en entidades gestoras y sobre el cómo se garantizará el aseguramiento que en últimas es uno de los aspectos más importantes para los colombianos.

Mientras tanto, muchos pacientes y usuarios están en la incertidumbre de saber qué va a pasar con su tratamiento, procedimientos quirúrgicos, órdenes médicas y todo lo relacionado con su integridad personal.

Pienso que se requiere de un debate amplio de punto final para conocer a ciencia cierta cuáles serán las medidas para mejorar el actual sistema de salud en el país.

De lo que se trata es de garantizar los recursos necesarios para una atención oportuna y adecuada para cada caso y una cobertura que permita el aseguramiento básico para prevenir y curar la enfermedad.

No puede ser que sea peor el remedio que la misma enfermedad. Los usuarios queremos respuestas precisas e inmediatas acerca del trámite y alcances de un proyecto de ley que desde que se anunció se ha convertido en un verdadero martirio porque afecta el funcionamiento actual de todos los entes involucrados en la atención y por supuesto ralentiza y hace cada vez más compleja la operatividad, a tal punto que ya se ha pregonado sobre la escasez de medicamentos y la paquidermia en las citas de especialización y de procedimientos médicos.

Es hora que los partidos políticos y el gobierno pongan punto final al debate a partir de un acuerdo amplio que logre un texto consensuado para el bienestar de todas las partes interesadas pero pensando siempre en los pacientes dándole prioridad al servicio de salud con prevención, oportunidad y eficiencia.

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