Cali, julio 10 de 2025. Actualizado: miércoles, julio 9, 2025 22:13
Rumiando recuerdos
Ha pasado un mes desde el fatídico sábado en que le pegaron los tiros a Miguel Uribe. Con la parsimonia que nos brinda la esperanza ante lo inevitable, no he hecho sino rumiar recuerdos y construir y desbaratar hipótesis sobre ese miserable acto.
El que ayer la encuestadora Guarumo haya publicado que en la puja presidencial su nombre ya ocupa el primer puesto en simpatías electorales, ha renovado mi recordadera pasando de nuevo la película en la que la vida me permitió ser más testigo que actor secundario.
Aquí, hasta esta casa de El Porce, Miguel volvió solitario después de que en una visita grupal anterior me había oído que yo fuí compañero de su madre en los cuatro años que duró la aventura de la revista Hoy X Hoy ,donde yo escribía la última página de la publicación.
Quería que le contara desde mi vivencia quién y cómo había sido su madre en ese trajinar. Lo hice con la misma comprensión que tuve ante su tía Inés Uribe, cuando la tragedia familiar se le sobreponía y ella trataba de escapar del cerco que le tendería finalmente la muerte.
Extrañamente me parecía por momentos que quien me oía y me preguntaba era, a veces, el abuelo paterno, entonces presidente de Coltejer, cuando generosamente me abrió las puertas de su casa, pese a ser yo apenas un provinciano acomodado que había llegado a estudiar en la Bolivariana.
Bastaba que yo fuera el amigo de Inés. Otras veces me parecía que estaba conversando con su abuelo materno, el presidente Turbay, dotado de esa prodigiosa memoria de los rostros, tan fundamental en el ejercicio político, por lo que preferí explicarle la magia de la palabra que tenía Diana para hurgar y aceptar la realidad.
No se cuánto le servirían mis recuerdos a ese muchacho que se adentraba en la política porque nunca volvió al Porce ni la vida nos dio la opción de encontrarnos de nuevo.
Pero afectado por aquel cariño hacia sus mayores, espero que su cerebro pueda salir avante del trance que padece.