Cali, julio 12 de 2025. Actualizado: viernes, julio 11, 2025 23:27
Teorías conspirativas
Definitivamente la novela no para, hace unos pocos días estábamos atravesando en el país el escándalo de por lo menos una presunta conspiración de Álvaro Leyva con posible conocimiento de Vicky Dávila y Francia Márquez para, con la supuesta ayuda de “algún sector político de Estados Unidos”, por lo menos fraguar o pensar en un golpe de Estado en contra de Gustavo Petro.
El solo pensar en algo que atente contra la institucionalidad del país, debe ser repudiado y rechazado tajantemente por todos los sectores, incluyendo a quien escribe, pero este episodio sin duda le dio “aire y gasolina” a su ya conocida estrategia de poner su nombre en mitad de las teorías conspirativas, llegando al punto de desviar el avión presidencial por una supuesta amenaza de misil en contra de este aparato mientras estaba en vuelo, una versión que levantó suspicacias en cuanto a su veracidad en algunos sectores políticos y sociales del país.
Lo interesante e incluso lo atrapante de estas historias y vaivenes conspirativos en contra de la humanidad y del ejercicio de gobierno de Gustavo Petro, es que precisamente todas las semanas parece que se viviera un nuevo episodio, esta semana que termina por ejemplo, está protagonizada nuevamente por el presidente, quien manifestó, ojo, siendo el jefe de Estado con todo lo que eso implica, que las elecciones de 2026 no le generan confianza, un hecho por lo menos inédito en nuestro país, pues él como jefe de Estado y de gobierno, es el principal responsable de la protección del sistema democrático del país.
Esto puede tener varias lecturas, pero voy a referirme a dos específicamente:
Primera, genuinamente el presidente está preocupado por la poca confiabilidad del sistema electoral colombiano y busca que las elecciones se den en completa transparencia, sin embargo, no lo que no deja de llamar la atención es que mediante este sistema fue elegido como concejal, alcalde de Bogotá, senador y ahora presidente de la república, entonces podríamos pensar ¿qué en 2022 tampoco era confiable el resultado de la elección?
Segundo, que puede haber un trasfondo más complejo que busca mediante la deslegitimación del operador que en este caso es Thomas Gregg & Sons, iniciando por la propia emisión de pasaportes que lo hace la misma empresa logística y que el presidente directamente y a través del polémico pastor Alfredo Saade ha cuenstionado en múltiples ocasiones, tal vez buscando erosionar la credibilidad de esta empresa, tal vez con el objetivo de provocar un quiebre logístico en las posibilidades de la realización de semejante logística como lo supone el proceso electoral en Colombia y/o tal vez, darle rienda suelta a algo que como rumor ha tomado fuerza especialmente en los corrillos políticos de Bogotá, espacios en los que se habla cada vez con mayor frecuencia sobre la teoría que el ejecutivo está buscando con estas acciones, no clausurar, pero si postergar las elecciones de 2026.
Una teoría osada e inédita en las últimas décadas en el país, pero que cobra fuerza en esos mentideros políticos bogotanos.
En todo caso, lo que sí está claro es que la campaña de 2026 ya inició de manera prematura, y que hay cada vez hay menos personas que no creen que hoy no tenemos un presidente en modo gobierno, sino que tenemos a un Gustavo Petro en modo campaña.