#Utopía

Es absolutamente claro que un país para desarrollarse de manera equilibrada o disminuir la inequidad debe procurar que todos sus sectores avancen sin perjudicar el uno al otro, esto se debe reflejar no solo en el tema de impuestos sino también en todas las políticas públicas.

Entendiendo eso, hay que saber que cuando hay atrasos serios en productos y sectores, estos difícilmente se van a corregir por la decisión de un solo presidente, de ahí la importancia que el Congreso de la República tiene en hacer leyes duraderas y ojalá acordadas con la mayoría de sectores, por lo menos en puntos fundamentales, tarea que es casi imposible en países divididos e incendiados como el nuestro.

El tema de poner a producir el campo colombiano y preferir este pedigrí al importado es perfecto, lo imperfecto es pretender desconocer tratados de libre comercio de un plumazo y pensar que el campo colombiano producirá de inmediato, eso no es así, se tomará años en lograr esta meta mientras se invierte en tecnología, infraestructura y capacitación.

Lo mismo frente al tema de tierras, aquí no se trata de reconocer la tierra ancestral de nadie, aquí se trata de corregir y volver al estado original de poseedor o propietario, a quien fue despojado de su tierra con coacción o engaño, pero jamás de irrespetar a quién ha adquirido legalmente sus predios.

Eso sí, sin olvidar que cada persona tiene deber de dar a su propiedad función social y ambiental, si no lo hace que sufra consecuencias y si para el bien común se debe disponer a través del Estado de algún bien, que lo haga remunerando a quién se vea afectado de manera rápida, previa y total.

Dicho esto en un Gobierno que tiene esa meta de distribuir la propiedad para que toda sea productiva, lo cual apoyo, quién quiera ser remunerado por dejar un pedazo de su tierra al precio que aspira, pues que corrija urgente su predial ya que no puede aspirar a que se le pague a precio comercial cuando este no coincide con el declarado y tributado.

Por esto, aunque las propuestas parecen buenas, son utopías mientras no sean aterrizaras en la realidad colombiana y no pensadas con una transición para desarrollar.

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