Cali, junio 22 de 2025. Actualizado: viernes, junio 20, 2025 23:20
La seguridad nacional no se soluciona con evasivas ni con recortes presupuestales.
Seguridad: El gobierno no puede dejar solos a los alcaldes
El reclamo de los alcaldes de ciudades capitales, encabezado por el alcalde de Cali, Alejandro Eder, confirma una verdad incómoda: el gobierno nacional está dejando solos a los mandatarios locales en la lucha contra la inseguridad.
Aunque la responsabilidad en esta materia es compartida, lo que está ocurriendo no es una distribución de tareas, sino una desconexión peligrosa del Ejecutivo frente a un problema que desborda lo local.
En Cali, la situación es crítica. Hace dos semanas la ciudad fue blanco de cuatro atentados con explosivos en distintos puntos, hechos que no son casos aislados, sino la expresión local de una amenaza nacional, alimentada por organizaciones criminales que operan en el suroccidente colombiano, y que se fortalecieron en este gobierno con decisiones erradas, como el cese al fuego, cumplido sólo por el Estado, que les permitió crecer y ganar control territorial.
El reclamo de los alcaldes no es caprichoso. Denuncian que el Gobierno redujo en más de 1,5 billones de pesos el presupuesto para seguridad, lo que compromete la capacidad operativa de las Fuerzas Militares, la inteligencia y la Policía Judicial.
Mientras tanto, los gobiernos locales han aumentado sus presupuestos un 30 %, destinando más de 400.000 millones de pesos a la seguridad. Aun así, no pueden reemplazar las funciones ni los recursos que corresponden al nivel nacional.
Por eso, la respuesta a los alcaldes por parte del ministro del Interior, Armando Benedetti, lejos de generar soluciones, fue una evasiva con tintes de reproche.
Reiterar que la responsabilidad es compartida no basta cuando desde el propio gobierno se desfinancia la seguridad y se frenan las acciones contra los grupos armados ilegales.
Es una salida fácil que ignora el contexto y evade la responsabilidad del Estado central.
Lo peor de todo esto es que, mientras el gobierno nacional se desentiende, es la ciudadanía la que paga las consecuencias con miedo, sangre y dolor.