Colombia y Estados Unidos: más allá de las elecciones

Las elecciones presidenciales en Estados Unidos captan la atención mundial, incluida la de Colombia.

Aunque al momento de publicar este editorial es posible que los resultados aún no se conozcan, debido a la complejidad del sistema electoral estadounidense y lo reñido de la contienda entre Donald Trump y Kamala Harris, vale la pena reflexionar sobre la relación entre esta potencia y nuestro país, pues debe trascender, como ha sido hasta ahora, las ideologías de quienes ocupen la Casa Blanca y la Casa de Nariño.

Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas el 19 de junio de 1822, cuando el presidente estadounidense James Monroe recibió oficialmente a Manuel de Trujillo y Torres, primer encargado de negocios de Colombia en los Estados Unidos, ambos países han construido una alianza estratégica basada en intereses comunes y valores compartidos.

Esta relación ha perdurado a lo largo de los años, independientemente de los cambios en las administraciones de ambos países.

Colombia y Estados Unidos han colaborado en áreas como seguridad, comercio, educación y cultura, fortaleciendo vínculos que benefician a ambas naciones.

Esta reflexión tiene lugar porque, previo a las elecciones estadounidenses, en Colombia se escucharon voces cercanas al gobierno que tomaron partido, una imprudencia que no se debe repetir una vez se conozcan los resultados.

La relación entre Colombia y Estados Unidos es entre países, no entre individuos o partidos.

Por eso, vale la pena recordar que mantener y fortalecer esta alianza requiere un compromiso continuo con el diálogo, la cooperación y el respeto mutuo, independientemente de quién gobierne.

Colombia debe reafirmar su compromiso con una relación bilateral sólida y constructiva, basada en el respeto a la democracia.

Ojalá así lo entienda y manifieste el presidente Gustavo Petro.

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