Cali, marzo 17 de 2025. Actualizado: domingo, marzo 16, 2025 23:00

El hundimiento de la reforma tributaria evidencia el rechazo del Congreso a un gobierno que pide más recursos sin ejecutarlos adecuadamente.

El Congreso hizo lo correcto al hundir la reforma tributaria

El Congreso hizo lo correcto al hundir la reforma tributaria
Foto: senado.gov.co
sábado 14 de diciembre, 2024

El hundimiento de la segunda reforma tributaria del presidente Gustavo Petro es una decisión acertada del Congreso de la República.

Esta reforma, que pretendía recaudar 9,8 billones de pesos, habría afectado de manera directa el bolsillo de los colombianos en un contexto económico ya de por sí difícil.

Además, resulta contradictorio que un gobierno que tiene una de las peores ejecuciones presupuestales en años solicite más recursos, cuando aún tiene 97 billones de pesos sin ejecutar de los 503,6 billones aprobados para 2024.

En lugar de reconocer sus fallas en la administración de los recursos, el gobierno optó por victimizarse, culpando al Congreso del supuesto impacto negativo de esta decisión.

Las declaraciones del presidente Petro, quien tildó de “malditos” a los congresistas que archivaron la reforma, no solo son un exabrupto retórico, sino que reflejan falta de autocrítica.

Más preocupante aún, el ministro de Defensa afirmó que el hundimiento de la reforma afectará la operatividad de la Fuerza Pública, ignorando que los problemas actuales responden más a la mala administración que a la falta de recursos.

Este gobierno enfrenta una crisis de confianza ciudadana, alimentada por escándalos como el de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, donde se investigan irregularidades por 400 mil millones de pesos.

Sumado a esto, el gasto innecesario, como la reapertura de una embajada en la FAO para ubicar a Armando Benedetti, refuerza la percepción de derroche.

Todo esto plantea una pregunta legítima: ¿Cómo justificar más recursos si no hay garantía de que se administren con transparencia y eficiencia?

Finalmente, resulta paradójico que Petro, quien llegó al poder criticando la reforma tributaria de Iván Duque durante el estallido social de 2021, ahora impulse no una, sino dos reformas tributarias en menos de dos años.

Este doble rasero no solo mina su discurso, sino que también evidencia una desconexión con las necesidades y el sentir de los ciudadanos.

El Congreso, al frenar esta reforma, hizo lo correcto.

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