¿Nos vamos a quedar sin gas?

Naturgas puso en evidencia la grave situación del gas natural en Colombia y la posibilidad real de un racionamiento energético que afectaría la economía nacional y la calidad de vida de millones de colombianos.

Desde el 1 de diciembre de 2024, el país puede enfrentar un déficit del 12% de la demanda total de gas, que aumentaría al 30% en 2026, si no se toman correctivos.

La situación requiere medidas inmediatas.
Lo preocupante es que esta crisis energética no está siendo bien gestionada por parte del gobierno nacional, que aún no ha firmado un decreto necesario para habilitar la comercialización de gas importado, lo cual podría aliviar parte del déficit a corto plazo.

El país ya enfrenta racionamientos programados, como el mantenimiento de la planta regasificadora de Cartagena, y el impacto de estos déficits afecta directamente a la industria, a los usuarios de gas vehicular y, eventualmente, a los hogares y comercios.

A esto se suma la política de no explotación de nuevos yacimientos de gas y petróleo promovida por el gobierno del presidente Gustavo Petro.

Esta situación no solo amenaza la estabilidad económica, sino también la calidad de vida de 36 millones de colombianos que dependen del gas natural en sus hogares, y de industrias clave, como la producción de alimentos y energía eléctrica.

Es urgente que el gobierno acelere la implementación de medidas para evitar un colapso energético en los próximos meses.

Estamos hablando de la gestión diaria de un país, y no prever las fechas clave del mercado internacional de gas es una señal alarmante de incompetencia.

Si no se toman decisiones a tiempo, Colombia podría enfrentar un escenario catastrófico de racionamientos masivos, con serias repercusiones para la economía y el bienestar de la población.

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