Operación Perseo tiene que ser más que show

La Operación Perseo en El Plateado, zona rural de Argelia, Cauca, refleja un cambio necesario en la estrategia del gobierno nacional frente a los grupos criminales, al emplear finalmente a las Fuerzas Armadas para recuperar el control territorial en una de las zonas más conflictivas del país.

Con más de 1.400 efectivos desplegados, esta operación busca desmantelar las disidencias de las Farc, que han mantenido bajo su control a la población local.

Sin embargo, no es suficiente con intervenir solo en este corregimiento.

El Estado debe extender su presencia a otras áreas igualmente afectadas por la violencia y la ilegalidad, no sólo en el Cauca, sino también como el Catatumbo, el Chocó y el Meta, donde los grupos armados ilegales con los que el gobierno ha sostenido diálogos, continúan actuando a sus anchas y la población civil permanece desprotegida.

Lamentablemente, los acuerdos entre el gobierno del presidente Gustavo Petro y estos grupos han debilitado la acción de la fuerza pública y permitido que los criminales consoliden su dominio.

Por ello, la Operación Perseo debe ser el primer paso en una estrategia integral que abarque todas las regiones bajo influencia criminal.

La presencia militar no puede ser temporal; el Estado tiene la obligación de mantener el control a largo plazo para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Si no se actúa de manera firme y sostenida, se perderá la oportunidad de restablecer el orden en estas zonas clave para la seguridad nacional.

Es hora de que el gobierno aterrice del sueño de la “paz total” sin la aplicación de la fuerza pública y acepte que el control territorial no se puede lograr solo a través de acuerdos con quienes violan la ley.

La intervención debe ser constante, efectiva y orientada a proteger a los civiles.

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