Cali, mayo 20 de 2024. Actualizado: domingo, mayo 19, 2024 22:55

El mandatario tiene todo el derecho a defenderse y tratar de demostrar su inocencia, pero una cosa es eso y otra es incitar al país a la confrontación

Presidente debe muchas explicaciones

Presidente debe muchas explicaciones
Foto: Presidencia de Colombia
viernes 10 de mayo, 2024

Colombia observa con preocupación la investigación sobre la financiación de la campaña del presidente Gustavo Petro, quien le debe al país muchas explicaciones.

Ante la presunta violación de topes, investigada por el Consejo Nacional Electoral, CNE, es imprescindible que el mandatario aborde este asunto con transparencia y responsabilidad institucional, pero el llamado que hizo a sus seguidores para que se preparen contra lo que él llama un “golpe blando” no solo es alarmante, sino que también desvía la atención del meollo del asunto.

En lugar de victimizarse, el presidente Petro debe enfrentar las acusaciones con pruebas concretas y respeto por la institucionalidad.

La presentación de una investigación de 314 hojas por parte del CNE no puede ser subestimada ni ignorada. El tribunal electoral tiene soportes de pagos a 35 mil testigos electorales, por un valor de $60 mil, cada uno, que no fueron reportados por la campaña, lo mismo que un aporte de Fecode por $500 millones, así como otro por igual valor de la Unión Sindical Obrera y otros $2.000 millones en criptomonedas.

Además de las pruebas presentadas por el CNE, existen testimonios y declaraciones que apuntan a irregularidades en la financiación de la campaña presidencial.

Incluso Nicolás Petro, hijo del mandatario, mencionó el ingreso irregular de recursos que no fueron reportados, aunque después se retractó.

Asimismo, los audios de conversaciones entre Armando Benedetti y Laura Sarabaia revelan presuntas irregularidades financieras en la campaña; el embajador de Colombia en la FAO habló de $15 mil millones y la posibilidad de ir a la cárcel si se supiera de esto.

En este contexto, es imperativo que Petro dé ejemplo y se someta al escrutinio público con la misma responsabilidad que se espera de cualquier ciudadano. El presidente no puede ni debe evadir su responsabilidad presentando un discurso que incita a la confrontación.

La retórica del “golpe blando” no puede distraer la atención de lo verdaderamente importante: el esclarecimiento de las presuntas irregularidades en la financiación de la campaña presidencial.

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