Cali, enero 2 de 2025. Actualizado: martes, diciembre 31, 2024 00:08
El gobierno anuncia medidas de austeridad, pero su historial de gastos excesivos pone en duda su compromiso real con el ajuste.
Que Petro se apriete el cinturón
La directiva presidencial sobre austeridad en el gasto público anunciada para 2025 podría haber sido una buena noticia en un contexto de crisis económica.
Sin embargo, se percibe más como un acto protocolario que como una verdadera intención de moderar el derroche, pues este es un gobierno gasta sin control en aspectos innecesarios, mientras trata de cobrar más impuestos a los ciudadanos.
Un ejemplo claro es el gasto diplomático.
En el último año, el gobierno del presidente Gustavo Petro creó 86 nuevos cargos diplomáticos y abrió embajadas en países como Etiopía, Guyana, Rumania y Senegal, además de reactivar la representación ante la FAO, cuyo único propósito aparente fue nombrar a Armando Benedetti.
Cada uno de estos embajadores le cuesta al país más de 150.000 dólares anuales.
¿Es esto austeridad?
Por otro lado, los viajes de la primera dama y su comitiva también generan interrogantes.
¿Qué beneficio concreto han traído para el país? Sumado a esto, en sus primeros 20 meses de gobierno, el presidente Petro gastó en eventos públicos el 99% de lo que gastó Iván Duque en cuatro años.
Según datos del Dapre, mientras Duque empleó 26.705 millones de pesos en eventos entre 2018 y 2022, Petro ya llegó 26.458 millones en abril de este año.
Es claro que no se puede pedir a los ciudadanos que soporten más impuestos cuando el gobierno no demuestra moderación en su propio gasto.
Si las medidas de austeridad buscan apretarse el cinturón, que sean aplicadas a los gastos inoficiosos de la administración y no a programas esenciales para el desarrollo del país.
La austeridad debe empezar por casa.