Reformas sí, pero no así

La aprobación en la plenaria del Senado de la República de la reforma pensional, que pasó a la Cámara de Representantes, donde se prevé también será aprobada, desvirtúa la teoría del presidente Gustavo Petro según la cual en el Congreso de la República hay una oposición cerrada a sus reformas.

El proyecto pensional fue aprobado dos semanas después del hundimiento de la reforma a la salud; varias colectividades que aprobaron el primero se opusieron al segundo, lo que demuestra que los partidos políticos, contrario a la idea que vende el gobierno, están abiertos al debate.

Así como las reformas no deben ser aprobadas porque sí, tampoco pueden ser negadas porque sí, el paso o el hundimiento de estos proyectos debe depender únicamente de un análisis juicioso, basado en elementos técnicos y conocimiento, que evalúe su viabilidad, su sostenibilidad y la conveniencia para el país.

Eso debe tenerlo claro el presidente Gustavo Petro. El Congreso de la República no es el notario del gobernante de turno; las iniciativas del ejecutivo deben ser sometidas a debate y aprobadas o rechazadas según el análisis del legislativo, y bajo ese criterio, unas pasarán y otras no. Es un sistema de pesos y contrapesos que garantiza nuestra democracia.

El presidente Petro ha tratado de mostrar un enfrentamiento de poderes, pero la aprobación de la reforma pensional lo que demuestra es que se puede trabajar en conjunto y que el camino es la concertación, no la imposición.

También desde el gobierno se ha vendido la idea de que los partidos políticos y el sector privado no tienen interés en buscar soluciones para las poblaciones vulnerables, pero no es así. La aprobación de una pensión de $250 mil mensuales para los adultos mayores en condición de pobreza así lo confirma.

Moraleja: se trata de construir consensos, no de imponer una sola visión de país.

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