Cali, noviembre 7 de 2024. Actualizado: miércoles, noviembre 6, 2024 23:42
La reestructuración de las Fuerzas Militares debe priorizar la lucha efectiva contra las amenazas criminales.
Reorganización militar: ¿una decisión estratégica o un riesgo?
El pasado 1 de noviembre, el gobierno firmó la resolución 4760, que suprime los comandos conjuntos de las Fuerzas Militares.
Según el ministro de Defensa, Iván Velásquez, esta reorganización busca otorgar mayor autoridad a cada comandante de fuerza y fortalecer el mando directo en operaciones específicas.
Aunque Velásquez aseguró que las fuerzas de tarea conjuntas, como Omega, Hércules y Vulcano, seguirán operando, ahora dependerán exclusivamente del Ejército Nacional, lo que ha generado opiniones encontradas, pues algunos sectores temen que la reducida efectividad en la lucha contra los grupos criminales se vea comprometida.
La decisión de reorganizar las fuerzas debe ser evaluada con cautela.
En un contexto donde los grupos armados al margen de la ley se han fortalecidos, es imperativo que cualquier cambio aumente, y no debilite, la capacidad de respuesta de las Fuerzas Militares.
Las experiencias recientes con las políticas de ceses “bilaterales” generan desconfianza, pues estas políticas han permitido que las organizaciones criminales expandan su control territorial y consoliden sus actividades ilícitas.
Los comandos conjuntos se crearon precisamente para integrar capacidades y lograr una respuesta más efectiva y coordinada contra el terrorismo y el crimen organizado.
La lógica detrás de esta estructura conjunta era sumar recursos, equipos y especialidades de las distintas ramas, lo que resultó en operaciones más eficientes.
¿Los reemplazará algo mejor? Esto es crucial, pues cualquier justificación para desmantelar una estructura probada debe venir acompañada de mejoras tangibles y resultados.
Es fundamental que las Fuerzas Militares tengan la libertad de operar sin restricciones políticas, enfocándose en su deber constitucional de proteger a la ciudadanía.
Lo que se espera de esta reorganización es que permita a las fuerzas cumplir con su misión de recuperar el control territorial, proteger a los civiles y reducir y desmantelar a los grupos armados ilegales.