Cali, diciembre 21 de 2024. Actualizado: viernes, diciembre 20, 2024 22:27
Me peyó La Verónica
Cuando alguien entraba en mala racha, mi abuela decía que lo peyó La Verónica. Ayer ,cuando terminaron de sacar los camionados con troncos y sobrantes de los centenares de matas del jardín jungla que rodeaba mi casa de El Porce y los desechos del corredor que se destruyó al caer el gigante árbol que tanta sombra nos daba, entendí su mensaje.
Mi padre lo había traído en semilla hacia 1970 del que crecía al lado de la piscina del Hotel Caribe en Cartagena. Hace 20 dias se vino abajo en una lenta traqueteadera que me permitió huir antes del derrumbe, salvar pájaros y chihuahuas aunque hizo trizas el salón de las comilonas, mi paisaje y el esfuerzo de más 30 años de sembrar y ver crecer árboles y plantas.
La mole arrastró con todo. Para no tener que ver como acababan de tumbar lo que había quedado a medias y mucho menos para no oír durante dos semanas el ruido angustiante de las motosierras, he estado en provisionalidad en una finca cercana. Pero ayer, cuando me dijeron que estaban cargando el último camión, acudí lágrima en ojo,a ver salir los saldos de mi vida arbórea vuelta añicos.
Ni para que describo la ruina sentimental que me invade y el asalto de las imágenes del recuerdo aunque ahora creo entender el espasmo que las gentes sienten ante las catástrofes que todo lo arrasan. Pero como la historia de la humanidad nos lo ha enseñado, las páginas de la vida pueden pasar y aunque perdamos lo que se tenía , los recuerdos enmarañados en la felicidad levantando paso a paso la jungla y las orquídeas, las calateas y heliconias, son suficiente combustible para reconstruir.
Ya reparamos marcos y vidrios de los diplomas de los doctorados honoris causa, que se astillaron tanto como los muebles de comedor. Levantaremos de nuevo el salón de mis comilonas y supervisaré la siembra ( porque ya no me puedo agachar) de algunas maticas para remendar con ilusión el desastre que me enmarca. Duro trance para un viejo como yo porque nunca me enseñaron qué hacer cuando me peyera la Verónica.