Armitage calienta motores

Por: Mauricio Ríos Giraldo

A comienzos de febrero pasado, Graffiti contó que al exalcalde caleño Maurice Armitage le estaban calentando el oído para que se postulara a la Presidencia de la República.

Desde entonces, el nombre del empresario surge cada vez que se habla de los posibles precandidatos para el 2026 y la insistencia de quienes creen que su perfil podría encajar en la coyuntura electoral viene en aumento.

A Armitage le están insistiendo en serio, y, por algo que escribió ayer en su cuenta de la red social X –así como por conversaciones que ha tenido con personas muy cercanas a él-, es claro que lo está considerando:

“Mucha gente me está preguntando si me voy a lanzar. Ahora mismo la piscina está fría, pero si se calienta un poquito, por supuesto que me lanzo”, escribió el exalcalde de Cali.

La mayoría de los análisis de los estrategas electorales, apunta a que, tras la decepción causada por el presidente Gustavo Petro, los colombianos votarán por un outsider que no tenga nada que ver con el gobierno actual, y Maurice Armitage tiene ese perfil.

Si bien ya fue alcalde, Armitage no está matriculado en ningún partido político, no tiene filtro al hablar y, aunque es un empresario, es crítico de su gremio en varios aspectos, lo que hace que muchos lo ubiquen hacia la centro izquierda.

Una posición que lo retrata muy bien ideológicamente es lo que dice frecuentemente sobre el salario mínimo, el cual considera debería convertirse en “salario digno”…

“Pagar bien jamás será un gasto. Todo lo contrario: pagar bien es invertir en su tranquilidad y bienestar, y es generar riqueza”, escribió hace poco Armitage.

En la derecha hay varios posibles candidatos presidenciales que tienen perfil outsider, como la periodista Vicky Dávila, el abogado Abelardo De la Espriella y el senador Jotape Hernández, pero hacia otras líneas ideológicas no hay más, por lo que sí hay un espacio que Maurice Armitage podría aprovechar.

Es cuestión de esperar a que se acerquen las elecciones y el agua de la piscina electoral –que ya está tibia- se caliente un poco más, a ver si Armitage se anima a darse el chapuzón.