Petrismo elegirá candidato en dos vueltas

La elección del candidato presidencial único del petrismo se realizará en dos tiempos.

Este año, el 26 de octubre –fecha anunciada por la Registraduría Nacional del Estado Civil para la realización de las consultas populares–, el Pacto Histórico, ahora convertido en partido político, escogerá su candidato presidencial.

Sin embargo, esta no será la última palabra dentro de la izquierda de cara a la elección presidencial, pues el 8 marzo de 2026, en las elecciones legislativas, el candidato del Pacto Histórico se enfrentará en una nueva consulta con aspirantes de los otros partidos que hicieron parte de la antigua coalición, pero que no se sumaron a la conformación del nuevo partido…

En este proceso también participarán figuras del santismo, en lo que se ha denominado el “frente amplio”, una estrategia que busca unificar a la izquierda y sumar sectores de centroizquierda para consolidar una candidatura con mayor opción de pasar a segunda vuelta.

Esto significa que la carrera presidencial de 2026 no será solo de dos vueltas, ni de tres vueltas como lo fue en 2022, sino de cuatro vueltas.

Primero, la consulta interna del Pacto Histórico en octubre de 2025; luego, la consulta del frente amplio en marzo de 2026 –y consultas de otros sectores-; después, la primera vuelta en mayo y, finalmente, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, la segunda vuelta en junio.

El panorama plantea una contienda extensa y desgastante tanto para los aspirantes como para los ciudadanos, quienes enfrentarán un bombardeo político ininterrumpido durante más de un año.

La gran pregunta es si esta estrategia de múltiples filtros fortalecerá o debilitará al petrismo en su intento de retener el poder en 2026.

Consulta legislativa

La elección legislativa también se realizará en dos tiempos para el Pacto Histórico.

El 26 de octubre de este año, en las consultas populares, los precandidatos de esta colectividad se medirán en una contienda interna para definir las posiciones en las listas al Senado y la Cámara de Representantes.

A diferencia de 2022, cuando las listas fueron conformadas a dedo –siguiendo más afinidades políticas que respaldo ciudadano–, esta vez cada aspirante deberá ganarse su lugar en las urnas.

Esto implica que el bolígrafo del presidente Gustavo Petro ya no decidirá el orden de las listas, sino que serán los votantes quienes definirán la ubicación de cada candidato, lo que podría cambiar drásticamente la configuración del Pacto Histórico en el Congreso.

Este nuevo mecanismo, que busca dar mayor legitimidad a la conformación de las listas, supone un reto para quienes en 2022 llegaron al legislativo por cercanía con Petro y no por su propio caudal electoral.

Ahora, el mérito en las urnas será la única garantía de un lugar en el Congreso, lo que podría generar una reconfiguración interna dentro del petrismo y reavivar disputas entre sus diferentes sectores.

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