Martín de Francisco habla de lo que el mismo llama “una cadena de fracasos”

¡Buenos días, Martín! Un gusto tenerte con nosotros.

Vamos a hablar sobre “Qué vergüenza con ustedes, el show” ¿Cómo surge la idea de esta obra y cómo fue el proceso creativo detrás de ella?

Bueno, la idea de esta obra tiene que ver con varios momentos que he vivido a lo largo de los años.

Desde el 2000 hasta el 2004, estuve intentando sacar mis propios proyectos, pero no fueron aceptados.

Fue un período complicado, una cadena de fracasos que, a la vez, me sirvieron de experiencia.

En parte, “Qué vergüenza con ustedes, el show” es una recopilación de esas situaciones.

También hay algo personal, relacionado con mi familia.

La obra tiene un enfoque donde trato de dar algunos consejos, pero también de mostrar un respaldo sobre por qué estoy dando esos consejos.

Todo esto con un toque de parodia, como un “coaching” de vida, pero claro, con humor y, a veces, con un poco de sufrimiento de por medio.

Entonces, si entiendo bien, esta obra no solo es una parodia, sino también una especie de reflexión sobre esos momentos difíciles

¿Con el tiempo, sientes que lo que viviste en esos años fue realmente parte del camino que necesitabas recorrer?

Sí, sin duda. Fue el camino que viví, y esas experiencias me han dejado mucho.

A pesar de que en su momento me parecieron fracasos, ahora los veo como aprendizaje.

He pasado de intentar proyectos muy enrevesados que no eran comerciales, a enfocarme en algo más sencillo, algo que tiene más sentido y que se conecta mejor con la gente.

A veces las ideas disparatadas que tenía en el pasado hoy las veo con otra perspectiva, y de alguna manera me enriquecen.

Y sí, hoy, en retrospectiva, creo que todo valió la pena, porque ahora estoy en este proyecto, y hemos comenzado bastante bien en Bogotá con dos funciones.

Tu uso de la ironía y el humor es algo que te ha caracterizado a lo largo de tu carrera.

En “Qué vergüenza con ustedes, el show”, mencionas la confusión con tu nombre y apellido.

¿Cómo surgió este uso de la ironía y humor para abordar temas como el fracaso y la identidad?

Bueno, lo del nombre es algo que siempre me ha generado confusión.

Tener un apellido que se puede confundir con un nombre crea una confusión extraña, como si mi identidad fuera algo olvidable.

La gente tiende a no recordar o a mezclar mi nombre y apellido, lo que me lleva a burlarme de eso en la obra.

Es una forma de señalar que mi nombre, aunque tenga su peso, no es tan indeleble o memorable como se esperaría.

Es una forma irónica de abordar el fracaso y la confusión que he experimentado a lo largo de los años, no solo en lo profesional, sino también en lo personal.

Martín, sé que el fútbol es algo muy importante para ti, y está presente también en la obra.

¿Cómo se relaciona esa pasión por el fútbol con tu búsqueda de identidad y auto descubrimiento en este proyecto?

El fútbol tiene un papel fundamental en la obra. Hablo de la selección colombiana y cómo el fútbol se ha entrelazado con momentos históricos de Colombia, tanto trágicos como cómicos.

Para mí, el fútbol fue muy importante en mi vida porque fue un punto de unión con mi papá.

Él, por cuestiones de trabajo, no estaba mucho en casa, pero el fútbol nos conectaba.

A través de él, pude idealizar a mi papá como una figura mítica, y eso despertó en mí un interés profundo por el fútbol.

Además, desde que comencé a trabajar con Carlos Vives, siempre me interesó hablar de fútbol en los medios.

Fue una forma de expresar una pasión personal, y a través de los años, eso se ha ido sumando a mis proyectos.

Con todo el proceso creativo y la memoria involucrada en la obra, ¿has descubierto o redescubierto algo nuevo sobre ti mismo mientras trabajabas en “Qué vergüenza con ustedes, el show”?

Definitivamente. Cuando uno se sumerge en el ejercicio de recordar, surgen cosas que antes no tenía tan claras.

Al hacer este recorrido por mis proyectos y momentos pasados, he encontrado detalles que había olvidado y que, al ser puestos en perspectiva, enriquecen mucho la obra.

Es como hacer una retrospectiva, donde algunas cosas que parecían dolorosas o ridículas se ven hoy de otra forma, y eso les da más valor.

Ese proceso de redescubrimiento te ayuda a mejorar la obra, porque se vuelve más rica y más absurda.

A veces, es en esos recuerdos de cosas aparentemente insignificantes donde aparece la verdadera esencia del proyecto.

Al final de la obra, ¿qué sensaciones esperas que se lleve el público? ¿Qué tipo de experiencia buscas generar?

Quiero que el público se ría, claro, pero también espero que se queden con una sensación de “qué lástima”.

Quiero manipular esas emociones desde el principio, hacer que se rían con las situaciones absurdas y las frustraciones que narro, pero que al final, se lleven un sentimiento de tristeza, como si al final de todo, a pesar de tantas burlas, quedara una sensación de compasión.

Creo que ese contraste entre el humor y la lástima es lo que hace que la obra sea interesante.

Finalmente, ¿por qué el nombre “Qué vergüenza con ustedes, el show”? ¿Había otras opciones?

Originalmente, la obra iba a llamarse “Plasta de mierda”, pero no pegó, como que a los directivos del teatro no les gustó. También barajamos “Pésimo”, pero no convenció.

Al final, “Qué vergüenza con ustedes, el show” surgió porque la obra está llena de momentos de vergüenza personal, de fracasos, frustraciones y desilusiones.

Todo eso se convierte en una especie de exposición de las vergüenzas propias.

Quería un nombre que reflejara esa sensación de incomodidad y ridículo, pero que también dejara claro que, a pesar de todo, hay una reflexión detrás de todo eso.

Es una obra que juega con esas emociones de forma irónica.

Martín, muchas gracias por compartir con nosotros todo este proceso y tus reflexiones.

¡Te deseamos lo mejor en el show! Nos vemos el 22 de noviembre en Cali.

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