¿El estrés engorda?

Dra. Natalia Álvarez Aguado
Directora Médica del Centro Médico Integrativo Maná, Máster en Nutrición y Dietética Humana, Medicina Antiedad, Psicoterapeuta Transpersonal, Medicina Tradicional China, Terapia Neural.

La palabra estrés tiene su origen en el término inglés “stress” que significa “tensión” o “presión”.

El término fue acuñado por el médico Hans Selye, en el año 1930, y fue en el año 1950, que publicó sus estudios realizados sobre el estrés.

El estrés se produce por la situación de un individuo vivo, o de alguno de sus órganos o aparatos que, por exigir de ellos un rendimiento muy superior a lo normal, los pone en riesgo de enfermar.

Como tal, el estrés es la sensación de una alteración física o mental que produce en el individuo miedo, tristeza, ira, etc.

Pero ¿Qué sucede en el cuerpo por momentos de mucha angustia, miedo, ansiedad, entre otras? Existen dos glándulas muy importantes una encima de cada riñón, por ende se llaman glándulas suprarrenales, estas son encargadas de producir hormonas que ayudan al control del estrés como es el cortisol, y el metabolismo.

Por ende exposiciones en caso de un trauma, que es algo agudo, el cortisol nos puede ayudar a generar reparación en el tejido; pero si nos encontramos en una angustia permanente bien sea laboral, una relación difícil, conflictos familiares o con los hijos, problemas con los vecinos, falta de sueño, exposición a dolor constante, una tristeza sin sanar, pensamientos repetidos por miedo a enfermar y/o morir, entre otras, hace que liberemos tantas cantidades de cortisol, que desencadenan múltiples señales a otras glándulas que intervienen en procesos metabólicos, como es el caso del páncreas que secreta insulina pero este cortisol tan elevado hace que nuestro cuerpo no la capte adecuadamente, generando resistencia a la insulina y a su vez niveles de glicemia o azúcar como la conocemos altos en sangre, por lo cual se nos puede manifestar con una intolerancia al carbohidrato o una diabetes.

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En la célula grasa genera que esta a su vez reciba señales proinflamatorias, todo nuestro cuerpo por ende se torna inflamado generando múltiples enfermedades que conllevan a obesidad, subida de nuestra tensión arterial, patologías de otras glándulas hipotiroidismo, hiperprolactinemia, desórdenes ginecológicos, caída del cabello entre otros.

La invitación es a trabajar en herramientas como la actividad física, la alimentación saludable, la práctica del perdón real, el autoconocimiento, el saber cuándo y dónde pedir ayuda. 

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