Cali, abril 25 de 2025. Actualizado: viernes, abril 25, 2025 09:47
Alerta científica
El virus de la fiebre amarilla persiste y podría estar evolucionando en Colombia
Un nuevo estudio de vigilancia epidemiológica realizado en Colombia entre diciembre de 2020 y abril de 2023 ha encendido las alarmas de la comunidad científica y sanitaria: el virus de la fiebre amarilla (YFV) no solo sigue circulando en algunas regiones del país, sino que podría estar evolucionando para evadir la inmunidad conferida por la vacuna actualmente utilizada.
Este hallazgo tiene implicaciones serias para la salud pública nacional e internacional, dado que la fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica viral aguda con alta tasa de letalidad y potencial epidémico, transmitida por mosquitos y con riesgo de propagación rápida en contextos de alta densidad poblacional y baja cobertura vacunal.
Un virus silencioso pero activo
La investigación, que incluyó el análisis de 4.746 personas con síntomas de fiebre aguda en cuatro regiones distintas del país, forma parte de un esfuerzo sostenido por fortalecer la vigilancia de enfermedades febriles agudas (AFI, por sus siglas en inglés), una estrategia clave para la detección temprana de arbovirus en zonas endémicas como Colombia.
El dato más preocupante del estudio fue la identificación, en un paciente febril, de una cepa del virus perteneciente al genotipo II sudamericano, una variante poco caracterizada hasta ahora, mediante técnicas de secuenciación genómica de nueva generación.
Este hallazgo sugiere que el virus continúa activo en el país y podría estar desarrollando mutaciones que comprometan la eficacia de la inmunización actual.
¿Está mutando el virus?
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es la identificación de mutaciones adaptativas que podrían representar una ventaja evolutiva para el virus frente al sistema inmune de personas vacunadas.
Si bien se trata de un hallazgo incipiente, los investigadores advierten que estas mutaciones podrían permitirle al YFV expandirse más allá de su hábitat actual en la región amazónica y adaptarse a nuevos entornos geográficos y poblacionales.
Este escenario requiere especial atención de las autoridades de salud, ya que la aparición de variantes resistentes a la vacuna podría disminuir la efectividad de las campañas de inmunización, poniendo en riesgo poblaciones previamente protegidas.
La tecnología como aliada en la vigilancia viral
El estudio destaca además el papel fundamental de la secuenciación metagenómica de próxima generación (mNGS), una técnica de análisis genético capaz de detectar y caracterizar virus directamente a partir de muestras clínicas sin necesidad de cultivo previo.
Gracias a esta herramienta, los científicos pueden rastrear en tiempo real la evolución del virus, identificar nuevas cepas y mutaciones, y anticipar posibles brotes epidémicos.
Esta capacidad resulta especialmente valiosa en el contexto de arbovirus como el dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla, que comparten vectores transmisores (como el mosquito Aedes aegypti) y tienen síntomas clínicos similares en fases iniciales.
Un llamado a la acción sanitaria
La persistencia del virus de la fiebre amarilla en el país, combinada con su potencial evolución hacia formas más resistentes, demanda un reforzamiento urgente de las estrategias de vigilancia genómica y epidemiológica, así como un fortalecimiento de la cobertura vacunal, especialmente en zonas de difícil acceso o con baja percepción de riesgo.
Las autoridades deben considerar, además, el fortalecimiento del monitoreo ambiental, el control de vectores y la educación comunitaria sobre los síntomas, modos de transmisión y mecanismos de prevención de la enfermedad.
La experiencia de las últimas epidemias demuestra que la respuesta eficaz depende tanto de la tecnología como del compromiso político e institucional.
Colombia y la fiebre amarilla: antecedentes y desafíos
Colombia es considerada un país endémico para la fiebre amarilla, especialmente en las zonas selváticas del sur y el oriente del territorio.
Aunque el país ha mantenido programas de vacunación activa en municipios de alto riesgo, la cobertura aún no es óptima, y existen zonas con vacíos significativos en la protección poblacional.
Cabe recordar que la fiebre amarilla es una enfermedad prevenible con una sola dosis de vacuna que brinda inmunidad de por vida.
Sin embargo, las condiciones socioeconómicas, la movilidad interna y la desinformación son barreras persistentes en la implementación de campañas masivas.
Una amenaza con dimensión internacional
En un mundo interconectado, donde las enfermedades infecciosas no reconocen fronteras, la situación en Colombia debe ser vista con atención por organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El hecho de que el virus esté mutando y sobreviva en zonas de selva tropical, con escasa vigilancia y baja vacunación, podría desencadenar brotes explosivos si llega a zonas urbanas densamente pobladas con baja inmunidad, como ya ha ocurrido en Brasil en años recientes.
La fiebre amarilla continúa siendo una amenaza latente para Colombia y la región.
El nuevo estudio pone en evidencia la necesidad de mantener y ampliar la vigilancia epidemiológica y genómica, garantizar el acceso universal a la vacunación, e impulsar una respuesta multisectorial y sostenida frente a los desafíos que plantea la evolución del virus.
La historia reciente nos ha enseñado que los virus no esperan.
Actuar con decisión, anticipación y rigor científico es la mejor vacuna contra futuros brotes.