Cali, agosto 2 de 2025. Actualizado: sábado, agosto 2, 2025 00:07

No es solo una moda: los beneficios están respaldados por la ciencia

¿Por qué todos están hablando del sauna y cuales son sus beneficios?

¿Por qué todos están hablando del sauna y cuales son sus beneficios?
jueves 24 de julio, 2025

Mariana Muñoz Serna

Si últimamente has visto a todo el mundo metiéndose a un sauna o publicando fotos en una cabina con luces rojas… no es coincidencia.

El uso regular del sauna se ha convertido en una práctica popular de bienestar, y esta vez, la tendencia tiene sustancia.

Ya no se trata solo de “sudar toxinas”, sino de mejorar la salud cardiovascular, muscular, mental y hasta la longevidad.

La ciencia lo respalda, y lo mejor: es una herramienta simple para sentirte mejor.

¿Qué pasa en tu cuerpo cuando usas el sauna?

Cuando te expones al calor controlado del sauna, tu cuerpo responde como si estuviera haciendo ejercicio moderado:

  • Aumenta la frecuencia cardíaca
  • Sudas para regular la temperatura
  • Se liberan endorfinas que te hacen sentir bien

Según un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine, las personas que usan sauna de forma regular tienen hasta 40% menos riesgo de enfermedades cardíacas y neurodegenerativas.

Además, una revisión en Mayo Clinic Proceedings destaca beneficios en la presión arterial, la salud pulmonar, y la recuperación muscular.

¿Qué tipo de sauna es mejor? ¿Tradicional o infrarrojo?

Sauna tradicional (finlandés):

Usa aire caliente y vapor para elevar la temperatura del ambiente a 80–100°C. Te hace sudar rápidamente y es excelente para eliminar toxinas, mejorar la circulación y relajar músculos.

Sauna de luz infrarroja:

No calienta tanto el aire, sino que usa ondas infrarrojas que penetran más profundamente en la piel y los tejidos (hasta 4 cm).

Esto produce una sudoración más profunda a temperaturas más bajas (40–60°C), lo que puede ser más tolerable para quienes no aguantan tanto calor.

Beneficios comunes de ambos:

  1. Mejora la circulación y oxigenación.
  2. Reducción del estrés y ansiedad.
  3. Alivio del dolor muscular y articular.
  4. Detoxificación por sudoración.
  5. Mejora de la calidad del sueño.
  6. Apoyo al sistema inmune.

Diferencias clave:

El sauna tradicional es más intenso y calienta de afuera hacia adentro.

El infrarrojo es más suave, pero penetra más profundo, ideal para dolor crónico, inflamación o sesiones más largas.

¿Vale la pena incluirlo en tu rutina?

Sí. Incluso 2 a 3 sesiones por semana de 15–30 minutos pueden marcar la diferencia en tu salud física y mental.

Y no necesitas ir a un spa de lujo: cada vez hay más opciones accesibles en gimnasios, centros de bienestar y hasta saunas portátiles para casa.

No es solo un momento de relajación: es una inversión en tu salud a largo plazo.

Si buscas una herramienta simple, natural y poderosa para desinflamarte, dormir mejor, reducir el estrés y apoyar tu salud cardiovascular… el sauna puede ser tu nuevo ritual favorito.

 

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Una publicación compartida por Munoa Wellness Lab ® – The Science of Feeling Good (@munoajuicery)

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