Cali, diciembre 27 de 2024. Actualizado: viernes, diciembre 27, 2024 20:56
360 grados para sanar
Porqué no al uso de lácteos
Dra. Natalia Álvarez Aguado
Directora Medica del Centro Médico Integrativo Mana, Máster en Nutrición y Dietética Humana, Psicoterapeuta Transpersonal, Medicina Tradicional China, Terapia Neural.
En primer lugar, evaluaremos en qué momentos se desencadena una secreción de una glándula mamaria. Para ser más precisos, los mamíferos son clasificados así por las glándulas mamarias capaces de alimentar a sus crías a través de este tipo de secreciones.
En nuestro caso, siendo la especie humana mamífera, desarrolla su propio alimento la madre para el mantenimiento y crecimiento del lactante. Pero solo hasta los dos años de vida se considera que esta etapa de desarrollo se da, y ya el humano posee mecanismos de adaptación diferentes, como dientes, el poder comunicar lo que quiere o desea, porque inicia el habla.
Una vez pasa el desarrollo del niño, se secretan muchas enzimas a nivel intestinal para la absorción de ciertos nutrientes, tal es el caso de la lactasa, para absorber la lactosa, la renina, para absorber la caseína una de las proteínas de la leche, que en el caso de la humana contiene 80% de caseína y el resto es proteína como albumina y otros nutrientes como agua (87%), lactosa (4-5%), grasas (3-4%), proteínas (3%; alrededor de 32 g/L), minerales (0.8%) y vitaminas (0.1%).
La caseína comprende varios tipos de moléculas que son la alfa-caseína, la beta-caseína, la kappa-caseína y la gamma-caseína. Son partículas sólidas que permanecen en suspensión. En la leche de vaca es la proteína más abundante, constituyendo el 80% del total de sus proteínas.
En la leche humana constituyen el 20%, y no hay ni alfa ni gamma caseína. La beta-lactoglobulina es una proteína que no se encuentra en la leche humana, pero sí en la leche de vaca. Cuando se hierve la leche, esta proteína forma parte de la capa de nata que aparece en la superficie, y puede pasar a la leche humana a través de la leche de vaca ingerida en la dieta de la madre.
La alfa-lactoalbúmina es una proteína que favorece la unión de la glucosa con la galactosa para la síntesis la lactosa. Se encuentra tanto en la leche de vaca como en la humana. Forma parte de la capa de nata que aparece en la superficie de la leche hervida.
La lactoferrina es una proteína de color rojo, debido al hierro al que está unida. Tiene una importante función defensiva antibacteriana y antifúngica, ya que altera la pared de los microorganismos causando su muerte y además fija el hierro del medio quitándoselo a éstos, que ya carecen de él para su proliferación. Parece ser que también actúa protegiendo la glándula mamaria.
Además de en la leche, se encuentra en la saliva, las secreciones vaginales y bronquiales, y en los gránulos de los neutrófilos –una de las clases de células blancas de la sangre–. En la leche de vaca es elevada en el calostro pero luego desciende mucho. En la leche materna es especialmente elevada en el calostro pero se mantiene a lo largo de toda la lactancia.
Las inmunoglobulinas son proteínas que reconocen las estructuras extrañas al organismo, como las membranas de los microorganismos, y se unen a ellas permitiendo que sean destruidas por el sistema inmune. Son muy abundantes en el calostro y menos en la leche de vaca no se encuentra la principal inmunoglobulina que contiene la leche humana es la Ig.
En los bebés estas inmunoglobulinas no se absorben sino que permanecen en el tubo digestivo para protegerlo frente a microorganismos patógenos.
Pero al usar muchas veces la leche de vaca sí podemos leer la descripción nos enfrentamos a sustancias de mayor contenido que la leche humana, y sin la inmunoglobulina que protege nuestros epitelios o lo que reviste nuestros intestinos, nos enfrentamos a crear una irritabilidad e inflamación en nuestro cuerpo que nos va a derivar formación antigeno-anticuerpo, enfermedades autoinmunes, reumatológicas, lupus, colon irritable con periodos de diarrea o periodos de estreñimiento, dolor, sangrado de las mucosas, pólipos, secreciones nasales intratables, sobrepeso, obesidad que derivan a el paciente diabético, con problemas coronarios, cáncer entre otras patológicas.
¿Leche sí o no?
Es por ello que debemos evaluar qué es un producto para la primera infancia, pues solo la leche humana está diseñada para nuestro cuerpo, la de vaca esta muy bien diseñada para el cuerpo de un bovino, no un cuerpo humano. Es claro que cuando estamos como lactantes, tenemos inmunoglobulinas y no las absorbemos y el intestino ya tiene una protección mayor, pero después de la infancia el paso es diferente puesto que nuestro cuerpo ya no esta fijado en el crecimiento, si no en el mantenimiento de las funciones orgánicas y ya no requerimos estos nutrientes.
En el diario de las consultas puedo ver muchos pacientes con alteraciones de su colon con la insistencia que los lácteos le aportan el calcio que requieren, pero lo que no saben es que el calcio de origen vegetal como es el ajonjolí, los vegetales de hoja verde tienen el calcio que requerimos y la cantidad de otros minerales que permiten su absorción no es solo consumir el calcio se requiere de la vitamina D para su absorción, el fósforo, el magnesio, entre otros.
La leche y los derivados de origen bovino, por su alto contenido en fósforo, nos puede descalcificar y brindarnos en un periodo inadecuado hormonas de crecimiento dando señales de crecimiento de lesiones o de el adiosito célula grasa que puede generar por si sola una cascada inflamatoria, que lo único que hace es mas daño a nuestro organismo. Por último te pediría que observes a la naturaleza, ¿Cuándo ves un toro obtener leche para el desarrollo de sus huesos?
Si esta lectura resuena contigo te espero en mis redes sociales en Instagram: @dra_nataliaalvarez, en el mes de septiembre se encontrará en Cali, el creador de la terapia regresiva reconstructiva dictando el módulo 1, pueden verlo en entrevista Instagram @centromedicomana o por la página Facebook: @centromedicomana; los esperamos con una mirada integral de la enfermedad en el Centro Médico Integrativo Maná.
Foto: Pixabay