Cali, junio 19 de 2025. Actualizado: miércoles, junio 18, 2025 23:48
Atrapada en mis sueños
¿Por qué tu cerebro te hace creer que despertaste… cuando aún estás dormido?
Te despiertas. O al menos eso crees. Te levantas de la cama, caminas, enciendes la luz. Todo parece normal, pero algo no encaja.
Un ruido raro, un espejo que no refleja bien, una sensación de extrañeza.
Entonces, de golpe, despiertas de verdad… aún en la cama. Ese fue un falso despertar. Y puede repetirse. Una y otra vez. Como si estuvieras atrapada en un sueño que imita la realidad con una precisión inquietante.
Los falsos despertares son una de las experiencias más desconcertantes del sueño. No es simplemente soñar: es soñar que has despertado, con detalles tan realistas que tu mente no puede distinguir la diferencia.
El cerebro simula todo: tu cuarto, la luz, tus movimientos. Pero sigues dormida. Y a veces entras en bucles, donde sueñas que despiertas una, dos, cinco veces… y en todas sigues atrapada.
Desde la psicología, esto se explica como un “sueño meta”, un nivel superior de sueño lúcido en el que la mente intenta reconectarse con la vigilia pero aún está inmersa en actividad REM.
Tu cerebro quiere despertarse, pero no puede. Así que inventa el escenario del despertar como puente hacia la conciencia. Es como si se te permitiera “probar” estar despierta, sin soltar completamente el sueño.
Quienes lo han vivido lo describen como una mezcla de fascinación y angustia.
Porque no solo repites el ciclo: también puedes ver distorsiones leves (una puerta mal puesta, un reloj sin números) o sentir la famosa “presencia” en la habitación, muy relacionada con la parálisis del sueño.
Ahí es cuando los falsos despertares se vuelven oscuros.
El miedo crece porque crees que despertaste, pero algo no cuadra. Y el cuerpo aún no responde.
Muchos coinciden en que este fenómeno aparece en etapas de estrés, ansiedad, duelos emocionales o hipervigilancia mental.
La mente está tan sobreestimulada que no logra diferenciar entre lo real y lo onírico.
Es como si la vigilia se filtrara en el sueño para intentar procesar lo no resuelto.
La parte positiva: si te pasa, también estás muy cerca de tener sueños lúcidos.
Los falsos despertares son una puerta de entrada natural a ellos.
Si en medio de uno logras darte cuenta de que estás soñando, puedes tomar control del sueño y convertirlo en una experiencia transformadora.
Volar, cerrar el bucle, enfrentarte a tus miedos… o simplemente observar con curiosidad tu mundo interno.
¿Cómo salir de un falso despertar?
Haz pruebas de realidad dentro del sueño: mira tus manos (pueden verse deformes), intenta leer algo dos veces (los textos suelen cambiar), o pulsa un interruptor de luz (en los sueños casi nunca funcionan).
Activa tu cuerpo físico: si tienes conciencia parcial, intenta mover los dedos de los pies o respirar profundo, eso puede ayudarte a reconectar con tu cuerpo real.
No entres en pánico: el miedo prolonga el estado. Recuérdate a ti misma que estás soñando y que vas a salir de ahí.
Hay quienes, tras varios falsos despertares, han tenido revelaciones profundas sobre sus emociones, traumas o deseos inconscientes.
Es una invitación del inconsciente a escucharte.
A veces, el bucle onírico no es una trampa: es un espejo.
Porque tal vez no estás atrapada en tus sueños. Tal vez tus sueños están tratando de despertarte a ti.