Cali, mayo 15 de 2024. Actualizado: miércoles, mayo 15, 2024 18:05

Julio Cortázar, el irreverente de la literatura

“Rayuela”, erotismo y Boom Latinoamericano

“Rayuela”, erotismo y Boom Latinoamericano
lunes 29 de abril, 2024

Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

Se cumplen cuatro décadas del fallecimiento de Julio Cortázar (Paris, febrero 12 de 1984), quien fue reconocido como uno de los escritores pioneros del Boom de La Literatura Latinoamericana (él, García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa).

Fue el militante vanguardista que figuró como el irreverente que se atrevió a romper con las estructuras tradicionales de la novela y que, sin eufemismos ni metáforas, incluyó el tema del erotismo en su narrativa y sus versos. “Rayuela” (1963), es su obra cumbre, pero también autor del “Libro de Manuel” (1973) y de cuatro antologías de cuentos. Desde niño fue gran lector y admirador de la obra de Julio Verne.

Cortázar figura como el maestro del cuento y su narrativa fantástica tuvo influencias de Jorge Luis Borges y Edgard Allan Poe. Nació en Bruselas (26 de agosto de 1914), pero desde niño adquirió la nacionalidad argentina cuando sus padres regresaron a Buenos Aires.

Una vez titulado normalista, desempeñó la docencia varios años y estudió Filosofía. En Paris ejerció de traductor, crítico, ensayista y colaborador de importantes diarios. Además de la escritura le apasionaba la música, interpretaba la trompeta y era un erudito conocedor del jazz y el tango.

“Rayuela” innovadora

“Rayuela” es una obra compleja, que rompe con las estructuras tradicionales de la novela: la narración se aparta del tiempo lineal, intervienen varios narradores, confluyen distintos discursos temáticos, puede leerse saltando de un capítulo a otro en honor a ese juego infantil que la titula.

Julio Cortázar, antes del primer capítulo, anticipa unas instrucciones para facilitar su lectura: “A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir una de las dos posibilidades siguientes: El primer libro se deja leer en la forma corriente, y termina en el capítulo 56, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin.

Por consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de lo que sigue. El segundo libro se deja leer empezando por el capítulo 73 y siguiendo luego en el orden que se indica al pie de cada capítulo”. Julio Cortázar, en un ciclo de conferencias que dictó en 1980, invitado a la Universidad de Berkeley, se refiere al estilo de Rayuela: “En el libro no se nota una manera académica o formal sino sobre todo el sentido del humor, porque es una de las formas que Oliveira posee para desconfiar del idioma y mantenerlo a distancia hasta que le aceptemos lo positivo”.

“Rayuela” narra los conflictos de pareja entre Horacio Oliveira y La Maga, él es un intelectual argentino radicado en Paris y socio del Club La Serpiente; ella es Lucía, una mujer de nacionalidad uruguaya, inspirada por la musa Edith Aron, traductora de las obras de Julio Cortázar, con quien el escritor tuvo una relación amorosa en 1952, luego de viajar por coincidencia de Argentina a Europa en el mismo barco.

Erotismo y literatura

Julio Cortázar, en el ciclo de conferencias que dictó en la Universidad de Berkeley, en su octava sesión presenta la relación erotismo-literatura.

“Cuando hablo de erotismo en la literatura me refiero al tratamiento de algo que es profundamente nuestro, mientras que la pornografía apunta siempre a lo comercial, a crear sensaciones de tipo carnal que nada tienen que ver con el verdadero erotismo. Los censores, tan frecuentes en el cine, en el teatro, en la pintura y en literatura, tienen la tendencia de mezclar pornografía y erotismo.

En la literatura se han censurado novelas y cuentos calificados de pornográficos cuando lo que había en ellos era una gran franqueza erótica. Mi “Libro de Manuel”, trata situaciones eróticas que forman parte de la vida de los personajes y en muchos casos determinan sus relaciones personales y los sentimentales que condicionan sus conductas, incluso las políticas. Sería hipócrita negarlo.

Mi intención es llevar al ánimo lector la noción de que él también está dado liberarse de tabúes mentales en todos los planos, no sólo en el político o en el histórico, sino también en el íntimo, porque si se libera de los tabúes habrá emergido un hombre nuevo”.

Libro de Manuel

El “Libro de Manuel” (1973), está contextualizado en el mayo francés de 1968, narra situaciones eróticas, complementarias, la política y la intimidad, ámbitos humanos vitales.

“Rechacé la sábana y la obligué a tenderse poco a poco de lado, besándole los senos, buscándole la boca que murmuraba palabras sueltas y quejidos de entresueño. Un perfume venía de su pelo en el que se perdían mis manos, tirándole hacia atrás la cabeza pelirroja. Acaricié su espalda blanquísima, las nalgas pequeñas y apretadas, las corvas juntas, los tobillos con su rugosidad de tanto zapato.

Viajé por sus hombros y sus axilas en una lenta exploración de la lengua y los labios, mientras mis dedos le envolvían los senos, los moldeaban y despertaban. La oí murmurar un quejido que no era de dolor. Toda su piel era mi piel, un mismo desplomarse en la llamarada verde de ojos cerrados, en un confuso ovillo de caricias, toda palabra abolida en el murmullo de ese desligamiento que nos liberaba y devolvía al individuo, a comprender otra vez que esa mano era su mano y que mi boca buscaba la suya para llamarla a la conciliación, a una salada zona de encuentro balbuceante, de compartido sueño”.

Cuentos cortazanos

Varias antologías recopilan más de un centenar de cuentos de Julio Cortázar. Es imposible hacer una relación completa en este breve espacio periodístico.

Pero sí es pertinente nombrar algunos, con la advertencia que no son mejores frente a los que se queden por fuera, porque todos igual apasionan: Casa tomada, Bestiario, Cartas a mamá, Las babas del diablo, Las armas secretas, Continuidad de los parques, Historias de cronopios y de famas, Todos los fuegos el fuego, La señorita Cora, Los limpiadores de estrellas, Las puertas del cielo, La puerta condenada, Los buenos servicios, etc. “En los libros de Cortázar juega el autor, –afirma Mario Vargas Llosa- juega el narrador, juegan los personajes y juega el lector, obligado a ello por las endiabladas trampas que lo acechan a la vuelta de la página menos pensada. Hay que leer a Cortázar.

Sus cuentos son pinturas geniales sobre seres improbables, mágicos y llenos de ternura”. Amigo lector: atrévase a controvertir a quienes dicen que el Boom de la Literatura Latinoamericana fue mero fenómeno editorial. Si quiere que a unísono desvirtuemos tal aseveración, entre otros autores recomendables, estamos convocados por el deleite narrativo de Julio Cortázar.


“Rayuela”, erotismo y Boom Latinoamericano

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