Samuel Esteban Muñoz Carbonell y su trompeta maravillosa

Luis Ángel Muñoz Zúñiga
Especial Diario Occidente

Samuel Esteban Muñoz Carbonell (1999), es un joven artista caleño, nacido en un ambiente familiar de músicos, que reconoce a su padre Ahariam Muñoz Ortega, destacado pianista, como mentor genético de su vocación y que desde muy niño le inculcó la disciplina para adquirir destrezas en el piano y la trompeta.

Samuel Esteban es un trompetista profesional egresado del Conservatorio Antonio María Valencia de Cali. En el 2015 culminó su bachillerato musical en Bellas Arte, simultáneamente, que se graduaba en el Colegio Inem Jorge Isaacs.

Ese mismo año, ingresó a la Escuela de Música Antonio María Valencia del Conservatorio de Cali, hasta culminar su carrera profesional de Maestro en Trompeta.

Mientras adelantaba estudios de pregrado tuvo múltiples participaciones en ensambles, adquiriendo experiencia y habilidades para desempeñarse profesionalmente con responsabilidad; destacándose: la Banda y Orquesta Sinfónica, Big Band de Jazz y Grupos de Cámara.

Pero, también experimentó en grupos de otros géneros musicales de salsa, rock, bolero, funk, son cubano, jazz, música gospel, música colombiana, reggae, timba, cumbia, tropical y música mexicana.

Por distinguirse con la trompeta, también integra: la Banda Departamental del Valle del Cauca, La Orquesta Big Band del maestro Edy Martínez, La Big Band del maestro Jaime Henao, y la Orquesta Internacional de Luis Felipe Gonzales.

En el año 2018, integrando la Orquesta La Categoría, ganó dos concursos: el Metrópolis y el Festival Mundial de la Salsa.

En 2019 fue invitado al Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana Cuba. Pero, el maestro Samuel Esteban también ha llevado su impronta musical a varios escenarios y festivales folclóricos: Colombia Canta, XIX Encuentro Departamental de Bandas Musicales del Valle del Cauca, XV Encuentro Nacional de Danza Folclórica – Danzando con el Sol, XX Encuentro Departamental de Bandas Musicales del Valle del Cauca, XXII Festival Petronio Álvarez y el XIV Encuentro Internacional de Danzas Mercedes Montaño.

Así mismo, quiere dejar su legado como docente de trompeta en proyectos de la Secretaría Distrital de Cultura de Santiago de Cali y desempeñándose como profesor particular. Muy amablemente, el maestro Samuel Esteban Muñoz Carbonell, atendió esta entrevista del Diario Occidente

¿Cómo nace tu vocación musical y quién influye en tu estilo?

Mi vocación nace a través de mi padre. En mi estilo artístico influyen no solo músicos, sino también géneros y gustos musicales adquiridos por familia.

Me gusta mucho la salsa, los boleros, las baladas, el jazz, el rock, pero actualmente me inclino más por el funk. Considero que es un género musical que puede adaptarse con gran facilidad a otros géneros y da una sensación más fresca y novedosa al escuchar y tocarlos.

¿Recuerdas cuáles maestros te marcaron?

Todos mis maestros de música, pero por sus cualidades como personas, destaco a Jimmy Ramírez y Edwar Barahona, quienes además de formarme como trompetista, con técnicas, me inculcaron la calidad de persona que debe distinguir a un músico.

El ser humano amable, puntual, agradecido, responsable, alegre y buena gente, marcará nuestra diferencia en los escenarios y el entorno social.

¿Qué amas más de tu carrera artística?

Lo que más amo de mi carrera es la gran variedad de experiencias que puedo vivir y la oportunidad de adquirir habilidades, la música es extensa e infinita.

También he podido vivir la experiencia de tocar distintos géneros y esto ha desarrollado en mí la capacidad de adaptarme a las características y exigencias de cada estilo. Sin modestia, me considero un músico versátil.

¿Qué piensas de los músicos frente al Estado?

Los músicos lastimosamente no somos valorados como merecemos por el Estado, hasta podríamos decir que en ocasiones somos prescindibles.

Nuestro trabajo queda subordinado a los intereses particulares, al punto de reconocernos muy poco valor por lo que hacemos.

Falta apoyo y oportunidades. Somos trabajadores informales, hablando en términos de prestaciones sociales laborales. Los músicos somos útiles socialmente, igual que los médicos, abogados, arquitecto y demás profesionales, cuyas profesiones coadyuvan con el crecimiento y sostenimiento social y la paz.

Los músicos alegramos los corazones y revivimos muchos recuerdos, son cosas intangibles y por ende subestimadas. Por supuesto existen excepciones de personas, empresas que reconocen el valor de nuestra profesión, pero las dificultades profesionales son una realidad vigente en nuestra sociedad.

¿Cómo ves la música en la educación colombiana y en los medios?

En la música es importante respetar las tradiciones, sin embargo considero que esto no puede ser una camisa de fuerza al impartir la educación.

En todo evolucionamos, en tecnología, infraestructura, pensamiento, etc. Así mismo también la educación musical creo que debe evolucionar y tener un enfoque distinto de acuerdo a los gustos, inclinaciones, de cada persona, de cada músico.

Respecto a la música que se difunde a través de los medios en mi opinión existe un porcentaje mayor y otro menor. El porcentaje mayor la mira desde un punto de negocio, con el único fin de generar dinero, lo cual no está mal, porque debe funcionar como un negocio, como un trabajo generador de bienestar personal.

Sin embargo, creo que en este porcentaje mayor se deja de lado la calidad del contenido de la música, la instrumentación, las letras y el esfuerzo para generar producciones de calidad. Por otro lado se encuentra un porcentaje menor, tal vez sin ánimo de lucro, pero sí con el propósito de hacer buena música.

Creo que debe darse un punto medio entre estos dos aspectos. Lograr música de calidad y que se le apunte al público consumidor, teniendo en cuenta las tendencias y que como lo mencioné antes, todo va evolucionando. Puede considerarse algo sencillo, pero al contrario, es algo muy complicado de lograr. Por eso hacer música no es para todo el mundo. Es mi opinión.

¿Mensaje para los jóvenes artistas?

Primero: no encasillarse. Tener la mente abierta para explorar los distintos estilos y tocar y buscar una identidad. Segundo: hacer música con amor, con esfuerzo y disfrutándola lo más que se pueda.

Muchas veces, sin querer, caemos en el error de querer alcanzar una perfección que solamente es una ilusión porque no existe realmente y dejamos de lado lo más importante que tiene la música, que sirva de disfrute. Disfrutar los procesos, los ensayos, los conciertos, las experiencias, escucharla, interpretarla.

Claro que es importante formarnos con excelencia y siempre procurando ser mejores, pero esto no puede convertirse en un impedimento para disfrutar plenamente de lo que hacemos. Al final lo realmente importante es cómo nos sentimos haciendo lo que hacemos.

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