Cali, noviembre 21 de 2025. Actualizado: jueves, noviembre 20, 2025 23:09

Recuperación económica

Salvar empresas sin romper relaciones

Salvar empresas sin romper relaciones
Foto: Freepik
jueves 20 de noviembre, 2025

Salvar empresas sin romper relaciones
Por: Martin Emilio Ramírez Pérez

Socio Galo Estudio Legal

martin.ramirez@galo.legal

La supervivencia de las empresas, especialmente de las pequeñas y medianas, es hoy uno de los mayores desafíos de la economía colombiana.

Las tensiones financieras derivadas de la inflación, el encarecimiento del crédito y la desaceleración del consumo han puesto a miles de compañías al borde de la asfixia.

En este contexto, la Ley 2437 de 2024 representa un punto de inflexión al fortalecer un instrumento que puede marcar la diferencia entre la liquidación y la continuidad: el Procedimiento de Recuperación Empresarial ante las Cámaras de Comercio.

Un mecanismo confidencial y eficaz para salvar empresas

Este procedimiento, concebido como una vía extrajudicial, ágil y confidencial, permite que los empresarios negocien directamente con sus acreedores acuerdos de pago sostenibles, con el acompañamiento de un mediador experto designado por la Cámara de Comercio.

Su objetivo no es castigar al empresario en dificultades, sino ofrecerle una segunda oportunidad para reorganizar sus finanzas, preservar empleos y mantener vivas las relaciones comerciales que sostienen el tejido productivo del país.

A diferencia de los procesos judiciales de insolvencia regulados por la Ley 1116 de 2006, que suelen ser largos y costosos, el Procedimiento de Recuperación Empresarial (PRE) se basa en la autogestión y la cooperación.

La empresa conserva el control sobre su operación y sus activos, mientras los acreedores participan en un proceso de diálogo facilitado por un mediador neutral.

El énfasis no está en la confrontación, sino en el entendimiento técnico y financiero que permita alcanzar acuerdos equitativos en poco tiempo.

El papel clave de las Cámaras de Comercio

El papel de las Cámaras de Comercio es fundamental en este modelo. Como entidades de naturaleza mixta con una función pública delegada, las Cámaras ofrecen un espacio institucional confiable y técnicamente preparado para facilitar la recuperación de empresas viables.

A través de sus Centros de Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición, designan mediadores especializados en temas financieros y empresariales, y garantizan el cumplimiento de principios de neutralidad, confidencialidad y transparencia.

En regiones como el Valle del Cauca, donde el tejido empresarial está compuesto en gran parte por pequeñas y medianas empresas industriales, comerciales y agroindustriales, este mecanismo adquiere especial relevancia.

No se trata solo de salvar compañías, sino de preservar empleos, proteger cadenas de valor y mantener la estabilidad económica local.

Tecnoempaques: una experiencia de recuperación exitosa

Un ejemplo inspirador de su efectividad es el caso de Tecnoempaques de Occidente S.A.S., empresa vallecaucana dedicada a la fabricación de artículos plásticos mediante soluciones sostenibles, con más de una década de trayectoria.

A mediados de 2024, enfrentando un escenario complejo de liquidez, sus directivos decidieron acogerse al Procedimiento de Recuperación Empresarial ante el Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Cámara de Comercio de Cali.

En solo tres meses, la compañía logró negociar un acuerdo justo y viable con sus acreedores —incluidas entidades financieras, proveedores y entes públicos—, garantizando la continuidad de su operación.

Lo más relevante es que el proceso no deterioró las relaciones comerciales ni la reputación de la empresa.

Por el contrario, fortaleció la confianza mutua y demostró que la recuperación puede ser un ejercicio de responsabilidad compartida.

La Ley 2437 de 2024 consolida así un cambio cultural en el sector empresarial: pasar de la idea del fracaso a la del recomienzo responsable.

En lugar de ver la reestructuración como una derrota, se reconoce como un acto de madurez gerencial y de responsabilidad social.

La norma ofrece además incentivos para que los acreedores participen activamente, entendiendo que un acuerdo de recuperación bien estructurado puede generar mayores beneficios a largo plazo que una liquidación forzosa.

Cada empresa que logra recuperarse representa más que un balance en positivo. Significa empleos que se conservan, familias que mantienen su sustento y proveedores que continúan operando.

Por eso, el fortalecimiento de mecanismos como el Procedimiento de Recuperación Empresarial no solo es un tema legal o económico, sino una apuesta por la estabilidad social y el desarrollo sostenible.

En tiempos donde las cifras de cierre empresarial aumentan y la incertidumbre pesa sobre los emprendedores, el mensaje de la Ley 2437 es claro: hay caminos para salvar empresas sin romper relaciones.

Y en ese proceso, las Cámaras de Comercio están llamadas a jugar un papel decisivo como mediadoras de confianza, guardianas del equilibrio y promotoras de una nueva cultura empresarial basada en el diálogo, la corresponsabilidad y la esperanza.


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