Alfredo Zamudio, un experto en reconciliación y paz, está en Cali

Por Diego Lenis

El próximo sábado 20 de julio de 2024 se llevará a cabo el Conversatorio: “Reconciliación en Acción” liderado por Alfredo Zamudio quien aportará su vasta experiencia en procesos de reconciliación y diálogo, ofreciendo una perspectiva invaluable para nuestra comunidad.

El conversatorio será abierto a toda la ciudadanía en la Cinemateca del Museo La Tertulia desde las 09:30 am hasta las 12:00 m. con entrada libre y cupo limitado al aforo del teatro.

Alfredo Zamudio es director de la misión en Chile del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo. Es originario de Arica y ha vivido en Noruega desde 1976. Tiene más de 30 años de experiencia en gestión de derechos humanos, emergencias humanitarias, transformación de conflictos en lugares como Colombia, Sudán, Timor Oriental, entre otros. Cuenta con una maestría de la Escuela Kennedy de Gobierno, de la Universidad de Harvard.

¿Qué motiva su visita a Cali por estos días?

En Cali están sucediendo cosas muy importantes desde sociedad civil, con iniciativas como la Fundación IPO y otras. El Centro Nansen para la Paz y el Diálogo fue invitado para encontrarse con comunidades, hacer talleres y también participar en un conversatorio abierto al público el sábado 20 de julio en el Museo de la Tertulia.

¿Qué experiencias personales le han influido más en su trabajo como facilitador de diálogos para la Paz y Reconciliación?

Soy de origen chileno y mi padre fue preso político durante tres años durante la dictadura. Por cosas de la vida, fui niño en situación de abandono y viví solo desde los 12 hasta los 15, cuando mi padre y yo nos reunimos nuevamente, al ser liberado en el aeropuerto de Santiago y enviado al exilio en Noruega. Mucho más que mi carrera profesional o estudios, estas vivencias y mi memoria de cómo mi país quedó muy mal por la violencia de la dictadura, me ha motivado a tratar de encontrar formas de cómo transformar conflictos, creando espacios para escuchar y entender.

¿Qué papel juega el Diálogo en un ejercicio de reconciliación y existen herramientas específicas para fomentarlo efectiva y asertivamente?

Tenemos que ir por partes para responder a esta pregunta. Primero, decir que la reconciliación es un proceso, porque para llegar ahí, las personas necesitan decirse y escucharse todo lo necesario. Cuando se escuchan, tal vez lleguen a un punto donde se pregunten: “¿Y ahora qué hacemos con todo esto”? Hay tres opciones: no hacer nada, volver al conflicto o crear un proceso de reencuentro, para construir un futuro compartido, que no es lo mismo que ponerse de acuerdo, sino que también pueda ser convivir desde las diferencias. Para responder a su pregunta final: sí, existen herramientas para crear espacios, para construir en conjunto. Pero para aprender se necesita un toque de humildad, porque hay que reconocer que el conocimiento también habita en otros. La construcción de las soluciones es una tarea para todos y todas, no para algunos pocos.

¿Cuál considera que es el mayor desafío al intentar una campaña de reconciliación en una ciudad como Cali?

No conozco Cali lo suficiente como para dar un diagnóstico y sería muy inapropiado decir lo que hay que hacer. Sí creo que es vital crear espacios para que las personas en Cali se escuchen y encuentren su propio camino.

¿Se pueden listar procesos de diálogos, reconciliación y paz en el mundo que sean ejemplos a seguir?

Diálogo no es lo mismo que negociación. Mientras que negociación y mediación ponen énfasis en los resultados, el diálogo pone más énfasis en el proceso y menos en los resultados. Diálogo es una forma de comunicación para que las personas puedan traer la complejidad de sus respectivas realidades. Muchas sociedades resilientes, pujantes, colaborativas, han logrado crear culturas de diálogo donde hay cupo para la diversidad de opinión. Europa después de la Segunda Guerra Mundial salió adelante, aún con todo ese dolor desgarrador de la guerra. Admirable es el ejemplo de Konrad Adenuaer, el canciller alemán quien propuso en 1950 hacer el Acuerdo del Carbón y del Acero, sólo 5 años después del fin de esa guerra tan cruel. Las memorias y el dolor que había que superar eran devastadoras. No se trataba de olvidar el dolor, sino que darle espacio a la ilusión de no volver a repetir y crear algo diferente. Así se crearon los fundamentos para lo que hoy es la Unión Europea.

También es igual de importante decir que paz no es sólo ausencia de conflictos, sino también goce de derechos humanos. El ser humano necesita ser parte y objeto de derechos y deberes en una sociedad democrática. Ahí se construye la cultura de paz, que pueda inundar todos los aspectos de la convivencia humana y del desarrollo.

¿Quiénes son los principales actores en un proceso de reconciliación?

Desde el Centro Nansen para la Paz y el Diálogo decimos que hay tres preguntas importantes para iniciar un proceso de conversación: ¿Cuál es el cambio que quieres ver? ¿Quiénes deben estar en la conversación para que ese cambio suceda? ¿Qué puedes hacer tú para hacer factible esa conversación? Lo que queremos decir con esto es que cada cambio que uno quiera ver requiere de un proceso incluyente. Nuestra única recomendación es que consideren el factor tiempo, porque las desconfianzas no desaparecen rápidamente y la reconstrucción de relaciones toma tiempo.¿Qué sucede si nos volvemos a escuchar? Escuchando lo que hubo, lo que hay y lo que puede ser, podemos llegar a una forma de construir un futuro compartido.

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