Cali, julio 18 de 2025. Actualizado: jueves, julio 17, 2025 22:29
Informe del POT
Cali tuvo un aumento de más de 80.000 árboles en menos de una década
En Cali crece algo más que cemento: crecen los árboles.
El diagnóstico del Plan de Ordenamiento Territorial reveló que la capital del Valle del Cauca cuenta con más de 380.000 árboles urbanos, un aumento significativo frente a los 296.499 registrados en 2015.
Estos datos provienen del último Censo Arbóreo, realizado en 2024, que identificó 473 especies distribuidas por toda la ciudad.
Hoy, por cada 8,3 habitantes hay un árbol en Cali.
Esta proporción refleja no solo un crecimiento en número, sino también en diversidad.
La subdirectora de Ecosistemas y Umata del Dagma, Lina Botia, explicó que el porcentaje de especies nativas pasó del 34 % al 54 %.
Este cambio permite una mejor adaptación de los árboles al entorno urbano, además de beneficios directos como la producción de oxígeno y la captura de contaminantes.
Más biodiversidad
Además del aumento de árboles, el diagnóstico del POT reveló la presencia de seis biomas y trece ecosistemas en Cali.
Cuatro de estos están en la zona urbana, con paisajes como humedales y bosques secos cálidos.
Estos espacios ayudan a conservar especies y a mantener la conectividad ecológica dentro de la ciudad.
El 25 % del territorio urbano y periurbano está cubierto por zonas naturales.
Esta cobertura facilita la conservación de fauna y flora.
En Cali se registraron más de 600 especies de aves, lo que representa el 31 % de las que existen en Colombia.
Algunas son frecuentes, como el canario coronado y el chimachimá.
Otras, como el carpinterito colombiano, son endémicas y valiosas para la conservación.
Entre las especies vegetales sobresalen el guayacán rosado y el chiminango.
Estos árboles, además de embellecer el paisaje, aportan sombra, oxígeno y refugio para las aves urbanas.
Aunque el aumento del número de árboles es positivo, la riqueza ambiental de Cali enfrenta riesgos.
La minería ilegal, la deforestación, la contaminación y la ocupación irregular del suelo amenazan tanto los ecosistemas urbanos como los rurales.
Frente a esto, la administración distrital actúa con el apoyo del Dagma, la CVC, la Policía y el Ejército.
Las acciones incluyen el cierre de minas ilegales en los Farallones, restauración de corredores biológicos y vigilancia ambiental permanente.
Estas medidas buscan proteger la biodiversidad y fortalecer el ecoturismo regenerativo.
Un ejemplo de esta estrategia es el circuito de avistamiento de aves en Los Farallones.
Este espacio conecta a comunidades locales con visitantes de todo el mundo, generando ingresos sostenibles y reduciendo la presión sobre los recursos naturales.
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