Cali, junio 14 de 2025. Actualizado: viernes, junio 13, 2025 23:07
Tras atentados en Cali
Comunidad de colegio afectado por terrorismo pide ser declarada en zona de alto riesgo
Con pancartas en mano y una voz colectiva unificada por la urgencia, la comunidad educativa del colegio Álvaro Echeverry Perea se concentró este viernes a las afueras de la institución.
El motivo: exigir a las autoridades declarar la zona como de alto riesgo, tras el atentado con motobomba contra la estación de policía ubicada a pocos metros de su sede en Meléndez, Cali.
La institución, que queda entre el Batallón Pichincha y la estación atacada, vivió en los últimos dos años dos episodios violentos de alto impacto.
El primero fue el carrobomba en el batallón; el segundo, la reciente explosión, que ocurrió durante la jornada escolar.
“Yo estaba con un niño de sexto grado cuando sonó la explosión. Traté de calmar a los estudiantes diciendo que era un accidente, pero el miedo fue generalizado”, relató Miguel Sánchez, docente del colegio.
El plantón reunió a estudiantes, profesores, padres de familia y egresados.
Todos compartían la misma preocupación: la inseguridad que amenaza la integridad física y emocional de quienes asisten al colegio.
Según Sánchez, la explosión no solo dejó heridos a personas cercanas, como una madre que vendía arepas al frente del colegio, sino también una comunidad con temor a volver a clases.
Una exigencia por garantías
Aunque la alcaldía de Cali y la Secretaría de Salud se comprometieron a enviar personal para brindar atención psicológica, los organizadores del plantón afirman que las acciones son insuficientes.
“Queremos seguir en este territorio. Este colegio tiene historia y compromiso con la educación. Lo que exigimos es que se nos garantice seguridad y condiciones dignas para enseñar y aprender”, afirmó Sánchez.
La comunidad destacó el nivel académico de sus estudiantes, quienes año tras año ingresan a universidades con becas de alto nivel.
Por eso, insisten en no ser trasladados, sino fortalecidos institucionalmente.
Entre las peticiones está la mejora de la infraestructura, acompañamiento psicosocial continuo y presencia de entidades que respalden el trabajo educativo.
Durante la protesta, se percibió la frustración por lo que consideran un abandono institucional. Los docentes manifestaron sentirse solos ante la emergencia.
“Nos tocó atender padres desesperados y estudiantes en pánico, sin ningún protocolo ni apoyo inmediato”, expresó uno de los maestros.