Cali, mayo 29 de 2025. Actualizado: miércoles, mayo 28, 2025 23:52
Niños, mascotas y el ambiente
Qué hacer si se encuentra un caracol africano en Cali y cómo proteger su hogar de los riesgos que causa
La presencia del caracol africano en Cali encendió las alertas entre las autoridades de salud y medio ambiente.
Este molusco, considerado una especie invasora, representa una amenaza para la salud pública y el equilibrio ecológico de la ciudad.
Su rápido crecimiento y capacidad de adaptación lo convierten en un riesgo latente, especialmente durante la temporada de lluvias.
Este caracol, de gran tamaño, puede encontrarse en jardines, parques y zonas con vegetación.
Aunque su apariencia no parece peligrosa, el contacto con él o con superficies contaminadas por su baba puede transmitir parásitos como el Angiostrongylus cantonensis, causante de meningitis eosinofílica.
Esta enfermedad afecta sobre todo a niños, niñas y mascotas, quienes están más expuestos a tocar el suelo y llevarse las manos a la boca.
Más allá de lo visible
El problema no termina con el contacto directo.
Los caparazones vacíos del caracol africano en Cali se convirtieron en criaderos perfectos para mosquitos transmisores de enfermedades como dengue, chikunguña y zika.
Así lo evidenció una investigación realizada por la Universidad del Valle, que analizó 92 caparazones encontrados en el río Lili.
Los resultados fueron contundentes: 66 % de ellos contenía larvas del mosquito Limatus durhamii, 31 % de Aedes albopictus y 3 % de Aedes aegypti.
Esto significa que cada caparazón abandonado puede convertirse en un punto de proliferación de vectores, agravando los problemas de salud en sectores urbanos.
Por esta razón, la correcta recolección y disposición del caracol africano es fundamental.
Las autoridades recalcan que no debe ser aplastado, tocado con las manos descubiertas ni trasladado a otras zonas.
Se debe usar guantes, tapabocas y bolsas plásticas para manipularlo, y reportar su hallazgo al Dagma o a la Secretaría de Salud Pública.
Acción comunitaria
Además del trabajo técnico liderado por la Alcaldía de Cali y el Dagma , se necesita una respuesta activa de la comunidad.
La prevención del caracol africano en Cali comienza por mantener limpios los patios, jardines y antejardines.
Evitar acumulaciones de residuos orgánicos, escombros o agua estancada es una de las formas más efectivas para impedir su propagación.
La participación ciudadana también incluye la educación.
Enseñar a los niños a identificar al caracol y evitar su contacto es esencial, al igual que informar a vecinos y Juntas de Acción Comunal sobre los riesgos y protocolos de manejo.
Cada reporte es valioso, y cada jornada de recolección suma a la protección de la salud colectiva.
Actualmente, la Secretaría de Salud continúa desarrollando actividades de vigilancia, recolección y disposición, siguiendo estrictos protocolos de bioseguridad.
Estas acciones, junto con la colaboración comunitaria, apuntan a reducir los impactos del caracol africano en Cali y a preservar tanto el entorno urbano como el bienestar de los ciudadanos.
“El manejo del caracol africano no es solo un tema ambiental.
Es también una prioridad de salud pública.
Actuar ahora evita problemas mayores mañana”, afirmó el secretario de Salud, Germán Escobar Morales.