Cali, junio 1 de 2025. Actualizado: sábado, mayo 31, 2025 19:51
Alerta por crisis alimentaria en la infancia
Más de 989 mil niños en Colombia están en riesgo de desnutrición crónica
Colombia enfrenta una crisis silenciosa: el hambre y la desnutrición crónica están afectando de manera desproporcionada a las niñas y los niños, especialmente en zonas rurales, hogares con jefatura femenina y comunidades indígenas y afrocolombianas.
Según el más reciente informe nacional, más de 989 mil menores viven en lugares con condiciones que elevan el riesgo de sufrir desnutrición crónica.
La desnutrición crónica, que afecta a uno de cada nueve niños menores de cinco años en el país, es una condición con consecuencias irreversibles.
No solo limita el crecimiento físico, sino también el desarrollo cognitivo y las oportunidades futuras de los menores.
“Si no crece el cuerpo, no crece el cerebro”, advierte el informe.
Los datos también revelan que el 77,1 % de los hogares con tres o más niños viven en situación de pobreza, y en el 5,7 % de los hogares al menos una persona no consumió alimentos durante todo un día en 2023.
Las regiones más afectadas
Departamentos como La Guajira, Cauca, Chocó, Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada presentan los indicadores más críticos.
Las principales causas son el bajo nivel educativo de las madres, embarazos adolescentes, mortalidad infantil y falta de acceso a servicios de salud.
El análisis muestra que el 68 % de los niños nacen de madres cuyo máximo nivel educativo es bachillerato, y el 19 % de los bebés son hijos de niñas menores de edad.
Estos factores, combinados con el desempleo y la pobreza, elevan significativamente el riesgo de desnutrición.
Además, la inseguridad alimentaria severa afecta a más del 5 % de los hogares rurales.
En regiones como La Guajira, 69 niños murieron por desnutrición en 2023, seguidos por 49 en Chocó y 20 en Magdalena, lo que demuestra que el hambre sigue siendo una causa prevenible de muerte.
Soluciones sostenibles
El informe, presentado por Fundación Éxito y Pandi, resalta la urgencia de implementar estrategias sostenibles como terrazas urbanas para producción de alimentos, huertas familiares y promoción de la lactancia materna.
Estas iniciativas han mostrado impactos positivos en ciudades como Medellín, Cali y Bogotá, al permitir a madres cabeza de hogar generar ingresos, mejorar la alimentación en sus hogares y contribuir al medioambiente.
Una de cada tres niñas y niños beneficiarios de estos programas logra superar la desnutrición crónica.
Estas cifras muestran que es posible cambiar el rumbo con decisiones acertadas desde lo local, articuladas con el gobierno nacional y organizaciones sociales.