Cali, agosto 22 de 2025. Actualizado: jueves, agosto 21, 2025 23:19

Se anticipa un crecimiento de 2,4% en las ventas para 2025

Comercio minorista: la locomotora de la reactivación en 2025 y 2026

Comercio minorista: la locomotora de la reactivación en 2025 y 2026
Foto: Pexels
jueves 21 de agosto, 2025

El comercio minorista colombiano se perfila como uno de los protagonistas de la reactivación económica del país en los próximos dos años.

Así lo revela el más reciente informe de proyecciones de Bancolombia, en el que se anticipa un crecimiento de 2,4% en las ventas para 2025 y una aceleración hasta 3,8% en 2026, cifras que, aunque moderadas, marcan una tendencia positiva frente a la desaceleración vivida en los años previos.

Según el análisis, este comportamiento estará impulsado principalmente por la recuperación del consumo privado, la reducción de la inflación y el efecto de tasas de interés más bajas, que alivian gradualmente el bolsillo de los hogares.

Con ello, el sector minorista se convierte en un termómetro clave para medir la confianza y la dinámica de la demanda interna.

Estamos viendo señales claras de que el consumo será la locomotora de la economía en este nuevo ciclo. La caída de la inflación, junto con la política monetaria más expansiva, permitirá que los hogares recuperen capacidad de compra, lo cual tendrá un impacto directo en las ventas minoristas”, explicó Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia.

Un 2025 de consolidación

Durante 2025, se espera que la inflación mantenga su senda descendente, cerrando el año en torno al 4,8%, lo que le dará un respiro a los consumidores tras varios periodos de precios elevados.

Esta estabilización de los costos, particularmente en alimentos y bienes básicos, será decisiva para que los hogares retomen decisiones de gasto postergadas, desde bienes durables hasta entretenimiento.

El reporte de Bancolombia destaca que, en la primera mitad del año, ya se observan señales de reanimación en segmentos como el comercio electrónico, la moda y los servicios de entretenimiento, todos beneficiados por una demanda más flexible y por la digitalización de los canales de venta.

Sin embargo, el sector también enfrenta un entorno desafiante, en el que la informalidad laboral continúa siendo una amenaza para la sostenibilidad del crecimiento.

“Los retos del mercado laboral siguen presentes: gran parte del empleo creado en los últimos meses corresponde a la informalidad. Esto limita la capacidad de gasto estable y, por ende, la solidez de la recuperación en el comercio”, añadió Clavijo.

2026: el despegue esperado

Las perspectivas para 2026 son más optimistas. La combinación de un mercado laboral más consolidado, mejores ingresos reales y una confianza del consumidor en terreno positivo darán paso a un año de mayor dinamismo.

El crecimiento del comercio minorista podría ubicarse en torno al 3,8%, cifra que supera el promedio proyectado para el Producto Interno Bruto (PIB), lo que ratifica al sector como un motor fundamental de la economía.

De acuerdo con el informe, la mayor disponibilidad de crédito al consumo, acompañada por un entorno de inflación más estable, será decisiva para dinamizar categorías como electrodomésticos, vehículos y vivienda.

El gasto en servicios —particularmente turismo, gastronomía y entretenimiento— también ganará protagonismo en la canasta de los hogares, reflejando cambios estructurales en los patrones de consumo de la población colombiana.

Riesgos latentes

A pesar del panorama positivo, Bancolombia advierte sobre riesgos que podrían afectar la senda de recuperación. El primero es un posible repunte inflacionario hacia finales de 2025, en caso de que factores externos como el precio del petróleo o choques climáticos eleven los costos de bienes básicos.

Otro riesgo es la incertidumbre política que generan las reformas estructurales en curso, especialmente en materia laboral y pensional, que podrían condicionar el comportamiento del empleo y el ingreso disponible.

Adicionalmente, la alta informalidad laboral —que representa cerca del 58% del empleo en Colombia— sigue siendo un freno para consolidar una base sólida de consumidores con capacidad de compra sostenida.

En este punto, los analistas insisten en la necesidad de fortalecer políticas públicas que promuevan la formalización y la productividad.

Un cambio estructural en el consumo

Más allá de las cifras, el informe sugiere que el país atraviesa una transformación estructural en los hábitos de consumo. La digitalización del comercio, el auge de las compras por canales electrónicos y la creciente importancia de la sostenibilidad en las decisiones de compra son tendencias que marcarán el rumbo del sector en los próximos años.

El consumidor colombiano está cambiando: busca experiencias, demanda canales digitales más ágiles y valora cada vez más la sostenibilidad de los productos que compra. El reto para los comerciantes será adaptarse a este nuevo perfil de cliente y capitalizar estas tendencias como oportunidad de crecimiento”, puntualizó Clavijo.

Un motor con efectos multiplicadores

El desempeño del comercio minorista tiene implicaciones más amplias para la economía colombiana. Su crecimiento genera encadenamientos con sectores como transporte, logística, servicios financieros y tecnología, lo que lo convierte en un motor con efectos multiplicadores sobre el PIB.

De igual forma, el dinamismo en las ventas impulsa la creación de empleo, formal o informal, que a su vez retroalimenta el ciclo del consumo.

Por ello, Bancolombia insiste en que el país debe prestar atención a las señales del comercio como termómetro de la recuperación económica.

Una evolución favorable en este sector no solo beneficia a los comerciantes, sino que es reflejo de una economía más sólida y de hogares con mayor capacidad de gasto.

Perspectiva final

Con un 2025 de consolidación y un 2026 de aceleración, el comercio minorista colombiano se encamina a ser la punta de lanza de la recuperación económica.

Si bien persisten riesgos en materia de inflación, informalidad y entorno político, el balance proyectado es positivo y abre la puerta a un ciclo de crecimiento sostenido.

En palabras de Clavijo, el mensaje es claro:El consumo será el gran protagonista de la economía en los próximos años. Los hogares empiezan a recuperar su confianza y su poder adquisitivo, y esa dinámica se reflejará en el comercio. Lo que estamos viendo es apenas el inicio de un ciclo más virtuoso para el sector y para el país”.


Comercio minorista: la locomotora de la reactivación en 2025 y 2026

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