Queda hueco fiscal de $16,3 billones en el Presupuesto 2026

El Gobierno Nacional enfrentará un déficit inmediato de $16,3 billones en el Presupuesto General de la Nación para 2026, luego de que las comisiones económicas del Congreso archivaran este martes el proyecto de ley de financiamiento —la reforma tributaria— presentado por el ministro de Hacienda, Germán Ávila.

La ponencia positiva fue derrotada en la Comisión Cuarta del Senado, con una votación de 9 votos en contra y 4 a favor, cerrando un debate que venía aplazándose desde la semana pasada.

Desde el inicio del proceso legislativo, el Gobierno defendió la reforma como indispensable para cubrir el faltante fiscal del próximo año.

La versión final del proyecto había reducido su meta de recaudo desde los $26,3 billones iniciales hasta $16,3 billones, en un intento por atender las preocupaciones de los congresistas y mejorar la viabilidad política de la iniciativa. Sin embargo, los ajustes no fueron suficientes para garantizar su aprobación.

El impacto inmediato: recorte del gasto en 2026

Según explicó el ministro Ávila, la consecuencia directa del hundimiento es que el Ejecutivo deberá recortar el gasto programado para 2026 en la misma proporción del recaudo frustrado. “El Gobierno tendrá que hacer un recorte del gasto que planeaba en el presupuesto general de la nación el año que viene”, señaló, al referirse a los $16,5 billones que no ingresarán a las arcas públicas.

Expertos indican que la mayor parte de ese recorte recaería sobre el gasto de inversión, un rubro que había crecido en los últimos años para financiar expansión de servicios en salud y educación, así como proyectos de infraestructura.

Lo complejo es que una porción del presupuesto será ejecutado aún bajo el gobierno actual, por lo que el mayor impacto lo asumiría la administración que llegue al poder en 2026, especialmente en las partidas que no alcancen a ejecutarse durante el primer semestre.

¿Qué alternativas tiene ahora el Gobierno?

Frente al nuevo escenario fiscal, el economista planteó que el Ejecutivo podría evaluar caminos alternos para cubrir el faltante.

Entre ellos, mencionó la posibilidad de decretar una emergencia económica, lo que abriría la puerta a medidas extraordinarias de recaudo, o de presentar un nuevo proyecto tributario más acotado para el próximo año.

No obstante, subrayó que estas opciones dependen de la decisión política del Gobierno sobre si ajusta el gasto o si busca fuentes adicionales bajo figuras excepcionales.

Presidente Petro reaccionó

Tras conocerse la decisión del Congreso, el presidente Gustavo Petro reaccionó públicamente y atribuyó el hundimiento de la reforma a intereses políticos contrarios al Gobierno.

“El hundimiento de la ley financiera, como era predecible, no es más que el desarrollo del odio político por encima del interés nacional. Nadie cuerdo puede decir que ante un déficit no se debe obtener más recursos de una economía que está boyante y de unos megarricos que han duplicado sus utilidades gracias al encarecimiento de la deuda pública”, publicó en sus redes sociales.

El mandatario agregó que ese encarecimiento, en su criterio, se ha convertido en “un mecanismo, construido por el Banco de la República, para transferir decenas de billones de pesos de la sociedad a los megarricos”.

Un cierre de año marcado por incertidumbre fiscal

Con la reforma archivada, el Gobierno entra en diciembre con un desafío crucial: definir el ajuste presupuestal o presentar una alternativa de recaudo en tiempo récord, justo cuando avanzan debates como la negociación del salario mínimo y se publican indicadores que muestran presiones sobre la actividad económica.

La discusión sobre el financiamiento público marcará la agenda política de las próximas semanas y definirá parte del panorama fiscal con el que comenzará 2026.

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