La incertidumbre fiscal pesa más que la inflación

En una decisión que surgió al consenso del mercado, la Junta Directiva del Banco de la República (BanRep) optó por mantener inalterada su tasa de política monetaria en 9,25% por tercera reunión consecutiva, desafiando las expectativas de un recorte.

La decisión refleja una lectura más cautelosa de las condiciones macroeconómicas, influenciada por el contexto fiscal local y la persistente incertidumbre internacional.

La votación dentro de la Junta fue dividida: cuatro codirectores votaron a favor de mantener la tasa, mientras que tres respaldaron recortes —dos por 50 puntos básicos (pb) y uno por 25 pb—, replicando el patrón observado en la reunión de junio.

Según Laura Clavijo, directora de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado de Bancolombia, este balance revela tensiones internas sobre el momento oportuno para comenzar el ciclo de reducción de tasas.

Inflación cede, pero expectativas siguen altas

Uno de los principales argumentos del Emisor es que la inflación continúa mostrando una tendencia de desaceleración.

En junio, el índice de precios al consumidor se ubicó en 4,82% anual, tras una variación mensual de apenas 0,10%, lo que representa el nivel más bajo desde 2021.

No obstante, la inflación básica —que excluye alimentos y regulados— se mantiene estable en 4,79%, mientras que las expectativas de inflación de corto y mediano plazo siguen por encima del rango meta de 3 ± 1%.

La expectativa de inflación anual para diciembre de 2025 se mantiene en 4,8%, pero la expectativa a 12 meses subió hasta 3,9%.

Para diciembre de 2026, la expectativa también aumentó hasta 3,8%, lo que sugiere que el camino hacia la meta del 3% podría ser más prolongado de lo previsto inicialmente.

Actividad económica gana tracción

En paralelo, las cifras de actividad económica sugieren un informe liderado por el sector privado.

La demanda interna se ha fortalecido, gracias al buen desempeño del sector servicios y a la transmisión progresiva de la reducción de tasas al crédito.

Este repunte pone presión sobre el Banco para evitar un relajamiento prematuro que pueda reactivar presiones inflacionarias.

La sombra de la incertidumbre fiscal

El análisis también indica que uno de los factores clave que inclinaron la balanza hacia la cautela fue el entorno fiscal.

Aunque el comunicado oficial no fue explícito en este frente, el análisis del mercado sugiere que la presentación del Presupuesto General de la Nación para 2026 —que contempla un crecimiento del gasto del 6,5%— reactivó las alertas sobre el déficit fiscal.

En particular, se proyecta un gasto total de COP 556,9 billones, sustentado en supuestos optimistas de ingresos y menor servicio de deuda, que algunos consideran difíciles de materializar.

El entorno internacional también contribuyó a la decisión.

Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Asia, sumadas a la lenta normalización monetaria de la Reserva Federal, aumentan la incertidumbre sobre el financiamiento externo de las economías emergentes.

Proyecciones y tono futuro

El equipo de investigaciones de Bancolombia interpreta esta decisión como un sesgo al alza en las tasas para el cierre de año.

Si bien no se descarta un inicio del ciclo de recortes en los próximos meses, las condiciones fiscales, las expectativas de inflación y la volatilidad internacional podrían postergar ese giro hasta finales de 2025.

En suma, el BanRep ha optado por actuar con mesura, priorizando la credibilidad de su mandato sobre estabilidad de precios en un contexto de presiones fiscales y señales mixtas en la economía.

La clave ahora será la evolución de la inflación, el comportamiento del gasto público y la consolidación del crecimiento.

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