Cali, febrero 21 de 2025. Actualizado: viernes, febrero 21, 2025 15:33

Crónica de Gustavo Álvarez Gardeazabal

Cifras aterradoras

Gustavo Alvarez Gardeazábal

Cuando era niño, a comienzos de los 50, acompañaba a mi madre a repartir mercados entre las familias que se apuñuscaban en los andenes de las calles de Tuluá, protegidos tan solo por los aleros.

Como las calles no eran todavía pavimentadas, esas gentes cocinaban en los fogones hechizos en la mitad de ellas. Eran los desplazados de la violencia en los campos que huían de la muerte yendo a escampar en la ciudad más cercana.

No había quien les facilitara una carpa ni existían la Cruz Roja o las misiones de la ONU para ampararles. Fue hace más de 70 años y todavía lo recuerdo vívidamente y con horror cuando leo el boletín que el PMU, un dizque puesto de mando unificado, emite todos los días para mostrarnos la magnitud de lo que está pasando desde hace 30 días en el Catatumbo.

Son cifras aterradoras. Han censado 51.907 desplazados y 21.193 confinados. Casi 50 mil están en Cúcuta, Ocaña, Tibú, El Tarra y San Calixto. Los otros 23mil están regados en 15 municipios de Norte de Santander.

Y, por supuesto, como son estadísticas manejadas por las fuerzas constitucionales, solo se habla de las toneladas de alimentos y enseres que las distintas organizaciones estatales, nacionales, departamentales y municipales, les han brindado en los diversos sitios donde están amontonados.

De la guerra que los causó. De las batallas entre los ejércitos de los traquetos o de como las aminora el Ejército Constitucional, no se habla. Menos de lo que pasa en las regiones donde casi la gran mayoría de los desplazados trabajaban o vivían del cultivo y procesamiento de la coca.

Para muchos colombianos, crueles y desconsiderados, esas gentes solo pueden calificarse de cocaleros y lo que les está pasando se lo ganaron por tolerar que en vez del estado sus relaciones las dirigieran los ejércitos de traquetos. Pero digan lo que digan, ahí están, retrocediendo al país a tiempos que dizque no se repetirían y, lo que es peor, sin que se vea una solución a semejante tragedia.

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jueves 20 de febrero, 2025
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